Con frecuencia dentro de la Historia se conoce el papel del Antiguo Egipto como parte de la civilización del mundo antiguo; sin embargo, muy poco se habla sobre los antiguos pueblos de Mesopotamia, contemporáneos del Imperio Egipcio, y su evolución, desarrollo e influencia en la formación civilizadora de la antigüedad. Mesopotamia, ubicada en Asia occidental, es una región geográficamente comprendida entre el mar Mediterráneo al oeste, el golfo pérsico al este, las montañas del actual Iraq al norte y el desierto de Arabia al sur.

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Dentro de este vasto territorio circulan hasta hoy en día, hacia al norte y el este, dos importantes ríos: El Tigris y el Eufrates. Mesopotamia; cuyo significado procede de los vocablos griegos mesos: “entre” y potamós: “río”, significa: “Entre ríos”. En la parte oriental de esta región, 4,000 años antes de Cristo, cerca de la desembocadura de los ríos Tigris y Eufrates en el golfo Pérsico, se desarrolló una civilización conocida como Sumeria. Hasta la fecha se desconoce el grupo étnico de los sumerios y los debates sobre su origen continúan; aunque al momento de tener noticias de ellos se sospecha que provenían de las zonas montañas del norte y buscando tierras fértiles se asentaron entre el río Tigris y Eufrates. En un principio sus casas eran de adobe, las cuales invariablemente se derrumbaban, con el paso del tiempo fueron construyéndose en plataformas. No tenían papel, y escribían por medio de pictogramas, constituyendo una escritura denominada: cuneiforme, hecha en tablas de arcillas por medio de un punzón de junco.

Los sumerios formaron ciudades donde se concentraba buena parte de la población dedicada a la agricultura del trigo y la cebada, el pastoreo de cabras y ovejas y, con todo ello, dedicados al floreciente comercio a base del trueque, lo que los condujo a desarrollar una próspera civilización. Los sumerios no fueron pacíficos. Las ciudades sumerias vivían en constante guerra y combatían entre sí por la hegemonía. Los sumerios nunca tuvieron por lo tanto un reino unificado, el carácter de su civilización estuvo bajo el orden de “ciudades estado”. Cada ciudad era gobernada por un rey llamado: patesi, que rivalizaba entre sí con los reyes de otras ciudades sumerias. Ciudades sumerias conocidas como: Ur, Uruk, Umma, Lagash, Nipur, Eridu, Kish, Larsa, permanecieron entre períodos de paz y guerra a lo largo de la historia sumeria.

Una ciudad sumeria podía volverse poderosa y su rey podría ejercer su poder sobre otras más débiles. Hacia el año 3,000 antes de Cristo, en el ámbito sumerio, aparecen desde el oeste de Mesopotamia unos nómadas del desierto conocidos como: semitas.

Estas tribus estaban dedicadas a sus rebaños de cabras y ovejas y comenzaron a comerciar y socializar con los sumerios. Sin embargo, con el paso del tiempo, los semitas intentaron apoderarse de las ciudades sumerias por medio de incursiones bélicas. Los sumerios por un lado, sabían fabricar espadas, escudos y otro tipo de armas para la guerra y solían vencer a las incursiones de las tribus semitas invasoras; ya que estos últimos luchaban desordenadamente, mientras que los sumerios estaban adiestrados en el ejercicio de la guerra contando con ejércitos preparados.

Las tribus semitas, al no poder obtener la conquista de las ciudades sumerias, se dedicaron al comercio con las mismas, reducido al trueque e intercambio de bienes. Ganado, especies, joyas, cereales, madera, frutas, verduras, vestidos, pieles, fueron una parte decisiva del comercio entre semitas y sumerios. Los semitas entre los intercambios comerciales consiguieron además de productos básicos, los cuchillos, espadas y otros instrumentos de metal. Gracias a estos intercambios comerciales y culturales, los pueblos semitas, rivales de los sumerios, dejaron de ser nómadas y se convirtieron en sedentarios, desarrollando la agricultura entre los ríos Tigris y Eufrates y potenciando su capacidad civilizadora aprendida de los sumerios.

Los sumerios tuvieron su máxima expansión hacia el año 2,700 antes de Cristo con el rey Lukal Zaguizi quien dominó toda sumeria expandiendo su territorio desde el golfo pérsico hasta el mar mediterráneo. Sin embargo, los semitas del oeste, fortalecidos y preparados, construyeron una ciudad al norte de Sumeria llamada: Acad. Por ello, estos semitas vecinos y rivales de los sumerios, serían llamados Acadios. Desde la ciudad de Acad los semitas o acadios incursionaron sobre las ciudades sumerias hasta conquistarlas. Esta conquista del Imperio Sumerio fue realizada por un gran rey acadio llamado Sargón hacia el año 2,500 antes de Cristo.

Sargón y su ejército no solo conquistaron toda Sumeria desde Acad; expandieron además sus conquistas a otros territorios en el norte de Mesopotamia y hacia el oeste formando así el primer imperio conocido por la historia: el Imperio Acadio.

Una de las ciudades conquistadas por Sargón fue Babilonia, que en aquella época era una ciudad sumeria pequeña y casi sin importancia. Bajo esta conquista de sumeria, los semitas o acadios ya preparados como grandes guerreros y con una estructura civilizada, adoptaron la escritura sumeria cuneiforme y expandieron el comercio hasta el Mediterráneo e hicieron intercambios con el Imperio Egipcio. Esta conquista de los acadios sobre los sumerios duró aproximadamente 200 años, pues para el año 2350 antes de Cristo, el Imperio Acadio sucumbió ante la invasión de un pueblo procedente de la región de Elam, un territorio ubicado al este de la desembocadura de los ríos Tigris y Eufrates. Este pueblo que incursionó atacando al Imperio Acadio fue el de los: Guti o gutios.

Los gutios de Elam trajeron consigo el desorden a la región de la antigua sumeria que había sido conquistada por los semitas acadios. Hacia el año 2300, los sumerios sometidos primero a los acadios y luego a los gutios, se levantan contra los nuevos invasores desde la ciudad de Lagash y recuperan el control de sumeria nuevamente. Durante cuatro siglos los sumerios, los acadios y los gutios lucharon entre sí y a la vez terminaron mezclándose unos a otros absorbiéndose culturalmente.

Hacia el año 2,200 antes de Cristo ocurre un cambio importante en la historia de Mesopotamia en la mezcolanza de sumerios, acadios y gutios: surge en el escenario una nueva tribu de nómadas semitas, emparentados con los acadios, conocida como: los Amoritas o amorreos.

Los Amoritas conquistan la ciudad de Babilonia y se establecen en ella aumentando rápidamente su poder y grandeza. Los Amoritas, desde Babilonia como su base y capital, expandieron su territorio conquistando a través de la guerra ciudades y pueblos de toda la región entre el Tigris y el Eufrates.

En esta guerra sobre la región de Mesopotamia, los amoritas hacen desaparecer a los sumerios, guteos y acadios. A partir del dominio de los Amoritas, la historia de Mesopotamia es casi totalmente realizada por la raza semita. En el año 2,100 antes de Cristo surge un rey amorita conocido como Hammurabi. Hammurabi conquistó todas las ciudades del territorio Sumerio – Acadio – Guteo por completo, constituyendo así el Imperio Amorita llamado el “Primer Imperio de Babilonia” o Imperio paleobabilónico.

Hammurabi resultó ser un gran guerrero y legislador, pasando a ser en la historia antigua uno de los hombres más famosos dejando a su reino un conjunto de leyes denominadas: El Código Hammurabi. Este grupo de leyes es considerado uno de los documentos antiguos que hace referencia al progreso humano a través de la legislación de un estado.

Estela del Código Hammurabi

El Imperio de Babilonia de los amoritas de Hammurabi compartió existencia con otros imperios radicados fuera de las fronteras de Mesopotamia: el imperio egipcio en la cuenca del Nilo y el imperio Hitita cuyo reino estaba ubicado al centro y al este de Asia Menor (hoy en día Turquía), así como con fenicios, cretenses y hebreos. El imperio de los amoritas duró alrededor de dos siglos.

En el año de 1750 antes de Cristo el Imperio Amorita fue destruido por el Imperio Hitita, quien había ingresado al territorio de Mesopotamia desde Asia Menor en afán de conquista.

Los hititas no lograron permanecer mucho tiempo en Mesopotamia pues fueron expulsados por la irrupción de otra tribu guerrera semita: los kasitas. Estos kasitas eran una tribu guerrera de las montañas al norte de Mesopotamia.

Los kasitas al expulsar a los hititas, se apoderaron de la Babilonia de los amoritas, lo que ocasionó un retraso cultural y un período de decadencia para el ya debilitado y decadente Imperio de Babilonia; pero los kasitas hicieron el bien de introducir el caballo, al cual habían domesticado, y el carro de guerra. Así, hasta el momento, en este escenario de la historia antigua de Mesopotamia, contamos primero con los sumerios, luego con la aparición de los acadios y luego los guteos. Sumerios, acadios y guteos terminan conformando un solo pueblo, y luego son conquistados y desaparecidos por los amoritas que conforman el Primer Imperio de Babilonia.

Estos últimos fueron conquistados por los hititas en primer lugar y luego hace su irrupción el pueblo de los kasitas que derrota y expulsa a los hititas. Posteriormente tras los Babilonios amoritas, la irrupción hitita y la conquista de los kasitas surge en el plano de la Historia de Mesopotamia, a mediados del siglo XVI antes de Cristo, una tribu semita del desierto: los Asirios.

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Los Asirios deben su nombre a la ciudad donde establecieron su capital llamada: Assur; ubicada al noroeste de Mesopotamia sobre el río Tigris. Durante el apogeo de Babilonia de los amoritas, los Asirios sufrían serios y continuos ataques del Imperio de Hammurabi y su ciudad, Assur, era apenas una ciudad diminuta y casi sin relevancia en el terreno de las ciudades estado y sus reinos. Además, los Asirios establecidos en Assur, debían luchar contra el Imperio Hitita, contra los kasitas y otros pueblos como los egipcios y los hurritas. Este último era un pueblo con un reino ubicado entre la Siria y Turquía actual.

Asirios. Imperio Assur.

Sin embargo, hacia el año 1,300 antes de Cristo los asirios acabaron por convertirse en guerreros expertos para defender su tierra y su población, vencieron a los Hititas, lucharon contra la Babilonia de los kasitas y terminaron por conquistar gran parte de Mesopotamia estableciendo las bases de un nuevo reino: El Imperio Asirio. El Imperio Asirio consolidó su poder por medio de las victorias en campañas de guerra sobre todo Mesopotamia.

Poderosos y temidos, los asirios fueron conocidos por sus habilidades de combate, sus tácticas de guerra a campo abierto, sus máquinas de asedio y aprendieron de los hititas a fabricar espadas. Además fueron conocidos por su crueldad pues torturaban a sus enemigos derrotados. Mientras los Asirios hacían la guerra desarrollando conquistas en Mesopotamia, surgió en el siglo XI y X antes de Cristo el pueblo de los Arameos.

Estos últimos eran gente proveniente de la península arábiga, que en un principio comenzaron a expandirse para asentarse por todo Siria y el río Eufrates. Los arameos sostuvieron un largo periodo de enfrentamiento con los asirios, a quienes derrotaron en un principio. Los asirios no siempre conservaron su poder. Los babilonios kasitas dominados por los asirios se rebelarían contra ellos y los someterían por medio de la guerra y los asirios derrotados a su vez se recuperarían para volver a dominar a los babilonios kasitas nuevamente.

Esto ocurrió por espacio de cuatro siglos en medio de alzas y bajas del poder. Sin embargo a finales del siglo VIII antes de Cristo, surge un rey asirio llamado Sargón. Bajo Sargón (no confundir con el Sargón de los Acadios) los asirios se expanden y derrotan y absorben a los pueblos arameos, derrotan a ciudades hititas cercanas a Mesopotamia, dominan ciudades fenicias en la costa del mar Mediterráneo y saquean el antiguo reino de Israel. Los asirios también someten a otros pueblos de la región que habían conformado sus reinos, estos fueron: los amonitas o Imperio de Amón, ubicado en el norte de la actual Jordania, y los medos o Imperio Medio, ubicados en las zonas montañosas del actual Irán.

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Los asirios establecieron además su nueva capital del reino en la ciudad de Nínive a finales del siglo VIII antes de Cristo. Sargón de los asirios tuvo como descendiente a su hijo Senaquerib, en cuyo reinado, los babilonios kasitas que habían sido conquistados se revelaron nuevamente ante el dominio asirio. Sennaquerib en respuesta destruyó la ciudad de Babilonia y su ejército asesinó a todos sus habitantes en represalia. Debido a su expansión el imperio de los asirios comenzó a decaer, no había suficientes soldados para fortalecer su ejército, por lo que los asirios se vieron obligados a contratar mercenarios hititas, arameos y otros pueblos conquistados, quienes en cierta forma no eran leales al Imperio Asirio.

El Imperio Asirio tuvo como último rey a Asurbanipal quien fallece en el año 626 antes de Cristo. Con el Imperio Asirio en decadencia surge en el plano de Mesopotamia el pueblo de los caldeos. Este era un pueblo semita del sur de Mesopotamia que estaba emparentado con los arameos. Durante el período de la dominación del Imperio Asirio sobre Babilonia, los caldeos presentaron una tenaz resistencia ante el reino asirio. En la decadencia de los asirios, los caldeos se apoderan de Babilonia y conforman un nuevo reino. Hacia el año 614 y 612 antes de Cristo los caldeos y los medos conquistan el Imperio Asirio tomando las ciudades de Assur y Nínive respectivamente.

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El Imperio Asirio desaparece de la historia con esta conquista. Con la caída del Imperio Asirio la nueva situación en Mesopotamia deja tres grandes fuentes de poder: el nuevo Imperio Medio, o de los medos, en el actual Irán, norte de Irak y el oeste de la actual Turquía; el Imperio de los caldeos o babilonios (también conocidos por historiadores como neobabilonios), ocupando el centro de Mesopotamia, Siria y el actual Israel; y el Imperio Egipcio ocupando el norte del actual Egipto quien intentaban penetrar sobre la zona del antiguo Israel, palestina y Siria.

Con la aparición de los caldeos o nuevos babilonios, se formó el “Segundo Imperio de Babilonia” o Imperio Neobabilonio de la mano del rey Nabucodonosor, cuya capital: Babilonia, fue famosa por su arquitectura, sus templos y edificios de tres pisos, sus jardines colgantes, la Puerta de Ishtar con sus muros aledaños decorados con imágenes de leones, tigres y otros animales salvajes, el templo de Marduk, las murallas de la ciudad de 70 kilómetros de largo y, así mismo, los caldeos de babilonia, fueron reconocidos por el arte en la astronomía, la medicina, la ciencia de los números y el establecimiento de doce horas signdos para marcar el día.

Nabucodonosor elevó al nuevo imperio babilónico a potencia de su época, realizó numerosas expediciones de guerra, entre ellas la conquista de Jerusalén y otras ciudades, deportando a una buena parte de sus habitantes a la ciudad de Babilonia, hecho conocido como la “Cautividad de Babilonia” del pueblo hebreo descrito en la Biblia.

Este reino babilónico o caldeo duró aproximadamente 72 años. En la historia de Mesopotamia surge entonces un nuevo pueblo: el Persa. Los persas fueron un conjunto de tribus que habitaban el sur del actual Irán. En un principio estuvieron sometidos al Imperio Medio; aunque tuvieron cierta autonomía. Hacia el año 559 antes de Cristo surge el Imperio Aqueménida entre los persas con la figura del rey Ciro el Grande.

Este rey creó un ejército siguiendo el modelo de los ejércitos asirios, unifica a todos los persas, logra la independencia de Persia y derrota y somete al Imperio Medio. Posteriormente el rey Ciro el Grande expande su territorio: hacia el año 539 antes de Cristo invade al Imperio Caldeo o Babilónico y conquista Babilonia, dando lugar al establecimiento del Imperio Persa de Ciro el Grande quien otorga en el año 537 antes de Cristo el retorno del pueblo hebreo a la ciudad de Jerusalén, así como la libertad a otros pueblos sometidos a los caldeos babilonios.

Ciro el Grande liberando al pueblo hebreo.

Con la conquista de la Babilonia de los caldeos por Ciro el Grande y los persas, se cierra el episodio de la historia de los pueblos antiguos de Mesopotamia. Este escenario de la historia antigua de Mesopotamia, deja por lo tanto en primer término la aparición de los sumerios, luego con el surgimiento de los acadios y gutios; sumerios, acadios y gutios conforman un solo pueblo y son conquistados por los amoritas, existe una breve intervención hitita y estos últimos son expulsados de Mesopotamia por los kasitas quienes se convierten en los herederos del Imperio de Babilonia. Los amoritas conformaron el primer gran reino de Babilonia. Los kasitas continuarían con el imperio babilónico aunque decadente.

Tras los amoritas y kasitas aparecen los asirios y su gran expansión. Durante un espacio de siglos asirios y babilonios mantienen una guerra por la hegemonía de Mesopotamia. Al final los asirios terminan venciendo.

En plena decadencia el Imperio Asirio es conquistado por los medos y los semitas caldeos, estos últimos conquistan babilonia y terminan por formar el segundo gran imperio de Babilonia.

Los caldeos conquistarían a otros pueblos pero serían destronados al final por los persas del legendario rey Ciro el Grande.

Bibliografía:

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-Montero Fenollós, Juan Luis. Breve Historia de Babilonia. Editorial Nowtilus. España. 2000.