La Guerra entre Vikingos y Sajones en Inglaterra.

Durante aproximadamente doscientos cincuenta años, los guerreros nórdicos, procedentes de las frías regiones de Escandinavia, fueron protagonistas de una buena parte de los sucesos históricos de Inglaterra y la Edad Media en Europa. Alcanzaron a través de sus «drakkar» las costas de las Islas británicas como saqueadores, luego formaron sorprendentemente ejércitos de conquista, se convirtieron en jefes locales hasta mezclarse con la población inglesa y la nobleza sajona y terminaron como reyes de los ingleses hasta adoptar el cristianismo como su religión oficial en una larga y cruenta historia de guerras, expediciones y conquistas.

A finales del siglo VIII de la Era Cristiana, mientras Carlomagno sostenía un fuerte imperio en el continente europeo, Inglaterra estaba dividida en una serie de reinos que habían surgido entre los clanes de los sajones, anglos y jutos, provenientes en gran medida de las actuales regiones de Bélgica, Holanda, norte de Alemania y parte de Dinamarca. Estos pueblos habían llegado a Gran Bretaña desde la caída del Imperio Romano, arrebatando buena parte del dominio de la isla a los britanos y los pictos nativos, quienes a su vez estuvieron bajo el dominio de Roma o luchando contra la hegemonía de la misma.

El reino más sobresaliente fue Wessex, con sus reyes avanzando hacia el norte de Inglaterra conquistando el reino anglo de Northumbria.

En el año 787 d.C., según La Crónica Anglosajona, una flota compuesta por tres naves desconocidas, alcanzaron las costas de Wessex con una tripulación de altos y fieros guerreros procedentes del otro lado del gélido mar del Norte dedicados al pillaje y el asalto.

Cinco años después, en el 793, otro ataque similar ocurriría en las costas del reino de Northumbria, donde el monasterio e iglesia de San Cuthberto de Lindisfarne fue saqueado por la misma clase de guerreros y sus naves. Un año después, 794, otro ataque de igual magnitud fue registrado en el monasterio de Jarrow.

A partir de estos ataques registrados de forma «oficial» se establece el inicio de la «Era Vikinga», la cual tendría como protagonistas a los guerreros escandinavos y sus incursiones y ataques desde Escandinavia sobre Europa, el Imperio Bizantino y parte del mundo árabe.

Es posible que los ataques vikingos sobre Gran Bretaña ocurrieran mucho tiempo atrás al ataque de Lindisfarne en el 793, y tal vez en mayor número, siendo hechos no registrados por las crónicas de la época. Se sabe que el rey Offa de Mercia en el año 792, un año antes del ataque vikingo al monasterio, ordenó la defensa de la costa meridional de su reino contra una «amenaza de guerreros paganos» no especificados; hecho que hace suponer que los antiguos reinos orientales de Inglaterra ya tenían el conocimiento y la amarga experiencia de enfrentarse a los nórdicos, no solo contra una limitada tripulación de saqueadores sino, muy posiblemente, frente a un considerable contingente de atacantes vikingos.

Estos temibles guerreros fueron llamados por los britanos como: Wicingas, término traducido o entendido como «Saqueadores del mar» o «Ladrones del mar» y cuyos ataques se extenderían principalmente sobre Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda en los siguientes siglos, teniendo gran repercusión sobre la historia de la Edad Media y la formación de los reinos europeos de Francia e Inglaterra.

Las primeras incursiones en Inglaterra.

Después del ataque vikingo del 793, Inglaterra no sufrió por espacio de 30 años los ataques vikingos; ya que los piratas escandinavos centraron sus ataques en Irlanda.

Para el año 835 una numerosa flota de guerreros vikingos procedentes de Dinamarca desembarcó en la isla de Sheppey, en Kent, en el estuario del Támesis, atacando la costa circundante. Desde entonces las flotas escandinavas asolaron las costas meridionales de Inglaterra y luego atacaron Londres, Rochester y Kent.

Fueron desarrolladas batallas campales contra los vikingos en Dorset y Southampton e incursiones en las costas orientales de Inglaterra y en Northumbria.

Desde el 835 hacia el año 849, los ataques vikingos habían sido solo estacionales, consistiendo en ataques y saqueos durante el verano en las Islas Británicas y volviendo con el botín hacia Escandinavia antes del invierno. Tales ataques eran rápidos debido al factor sorpresa y a la velocidad de los barcos vikingos o drakkar los cuáles contaban con poco calado, situación que les permitía a los asaltantes escandinavos realizar ataques repentinos acercándose y atracando en la costa y remontando ríos para realizar invasiones tierra adentro, antes que los pueblos y ciudades organizaran una eventual defensa contra el ataque vikingo.

Es muy posible, como se ha teorizado en ciertas ocasiones, que también los vikingos actuaran en algunas oportunidades como comerciantes y tales actividades fueran a su vez operaciones de espionaje para identificar posibles puntos de asalto para conseguir un botín, especialmente en aquellos lugares con poca o nula defensa.

En el año 836 llegó a la costa oeste de Inglaterra una flota de entre veinticinco y treinta barcos daneses. El rey en turno de Wessex: Egberto, reunió un ejército y se enfrentó a ellos en una batalla en Carhampton en Somerset. Aunque los dos bandos lucharon con fiereza los daneses terminaron derrotando al contingente sajón.

En el año 838 d.C. otra flota danesa atraca con sus barcos en Cornualles, al oeste de la isla británica, cuyo reino celta era independiente de Wessex. Se dice que el reino de Cornualles y los vikingos forjaron una alianza para atacar el reino de Egberto; pero este fue más rápido y atacó y derrotó a los nórdicos en la Batalla de Kingston Down. Egberto fallecería al año siguiente de 839, dejando el precedente de la resistencia sajona contra los ataques vikingos que venían en escalada.

Sin embargo, para el año 850 d.C. el impacto de los asaltos vikingos cambiaría radicalmente. Ese mismo año una flota vikinga desembarcaría en la isla de Thanet, en la desembocadura del Támesis en Kent, para establecer un campamento fortificado y pasar el invierno en el mismo por primera vez, lo que supuso que aquellos guerreros vikingos habían llegado para prolongar sus ataques. A partir de este punto, Inglaterra no iba a estar enteramente libre de la presencia de los nórdicos hasta el siglo XI d.C.

Desde el año 850 al 865 los ataques vikingos continuaron en mayor medida asolando las tierras británicas y los grupos nórdicos exigieron a las poblaciones de los ingleses el pago del Danegeld, entendido como una suma de dinero entregada por los pobladores o un reino determinado a los vikingos a cambio que estos no atacaran la región y sus habitantes. El Danegeld también consistía en entrega de alimentos, vino, provisiones e implementos.

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Wessex contra los daneses. La invasión de los ejércitos del Norte.

Hacia finales del siglo IX, con la llegada de los contingentes vikingos a Inglaterra, el reino anglosajón de Wessex estaba tratando de extender su dominio sobre los reinos ingleses vecinos de Mercia y Anglia Oriental, situación que los reinos del norte y este de Gran Bretaña no veían muy bien. Desde hacía tiempo atrás los reinos de la Heptarquia anglosajona estaban en franca rivalidad.

Hacia el año 866 d.C. (algunos historiadores postulan el año 865 d.C.) la situación adquirió mayores proporciones. Ese mismo año llegó a Inglaterra el mayor ejército vikingo visto hasta entonces como una gran flota de barcos escandinavos desembarcando en la región del reino de Anglia Oriental. La Crónica Anglosajona le denomina micel here o conocido por los historiadores como «el Gran Ejército Pagano», conformado por un numeroso contingente de miles de efectivos vikingos con una enorme flota de barcos provenientes de incursiones de asalto y ataques desde el Imperio Carolingio.

El advenimiento del Gran Ejército determinó un viraje decisivo de los vikingos en Inglaterra, significando que aquella enorme hueste de nórdicos y sus familias habían llegado a las Islas Británicas para establecer asentamientos permanentes y conquistar nuevas tierras. Es a partir del 866 d.C. donde se reconoce una Segunda Fase de los ataques escandinavos sobre Inglaterra.

Es difícil determinar la cantidad exacta del número de efectivos de este ejército y su liderazgo en primera instancia, además su verdadera procedencia; aunque siempre se ha sugerido que era un contingente danés en mayor número sin descartar vikingos procedentes de Noruega y Suecia.

También es difícil determinar las razones por las que un ejército numeroso de nórdicos invadió Inglaterra. Las teorías son variadas, la saga nórdica legendaria de: Ragnarssona þáttr, traducido como: “La crónica de los hijos de Ragnar”, evidencia que los Hijos de Ragnar Lodbrok guiaron al ejército de escandinavos para vengar la muerte de su padre en manos del rey Aella de Northumbria, quien apresó a Ragnar en una expedición vikinga de saqueo fallida y como condena lo arrojó a un pozo de serpientes venenosas. Los historiadores dudan de esta conclusión; ya que las sagas nórdicas, como referencia de los acontecimientos, mezclan historia con hechos ficticios y heroicos demasiado convenientes o justificados.

Es plausible que el Gran Ejército Pagano haya incursionado en Inglaterra por la necesidad de muchos vikingos de buscar nuevas tierras donde asentarse por la escasez de suelos y tierras fértiles en Escandinavia, las rivalidades de reyes y condes que empujaron a los escandinavos a luchar, hambrunas ocasionadas por el clima que dañaron cosechas, la búsqueda de una fuente de riquezas por medio del pillaje, comercio fácil, renegados escandinavos y proscritos expulsados de su patria dedicándose a subsistir del saqueo, el espíritu aventurero de los exploradores nórdicos o simplemente la presión militar y económica de otros jarls o reinos más fuertes sobre comarcas débiles que obligó a sus habitantes a buscar otros medios de subsistencia y emigrar, resultan en motivaciones más aceptables. En todos estos aspectos, Inglaterra resultó un escenario conveniente debido en gran medida a la rivalidad entre sus diversos reinos, la debilidad de sus instituciones y, hasta ese momento, la ausencia de una organización y la baja capacidad defensiva de sus ejércitos para hacer frente al avance vikingo.

Como fuentes conocidas, Simeón de Durham, monje y cronista, en su: “Historia de Sancto Cuthberto” refiere que entre los caudillos vikingos y jarls dirigentes del Gran Ejército Pagano estaban: Halfdan, Inguar, Ubba, Beicsecg, Guthrum, Oscytell, Amund, dos jarls con el mismo nombre, Sidroc, Osbern, Frana y Harold.

Ese mismo año 866 d.C. los nórdicos de este ejército, tras su llegada y desembarco en Anglia Oriental, reciben caballos y pertrechos, a cambio de paz, para viajar al norte de Inglaterra y atacar al reino de Northumbria, donde pusieron en asedio a la ciudad de York.

La saga nórdica Ragnarssona þáttr (“La crónica de los hijos de Ragnar”) menciona: en el año 866, «los hijos de Ragnar Lodbrok» conquistan la ciudad de York con la situación que Northumbria estaba en medio de una guerra civil entre el rey Aella y Osberth como pretendientes al trono, hecho que benefició a los vikingos en su conquista.

Estos hijos legendarios de Ragnar Lodbrok que lideraron las milicias de vikingos sobre Inglaterra según la historia sugerida fueron: Ivar “El Deshuesado” o Ivar “Sin Huesos”, Halfdan Ragnarsson o “Camisa Blanca” y Ubba Ragnarsson.

El monje Simeón de Durham en su libro: Historia Regum (“Historia de los reyes”) relata que durante una batalla en el año 867, el rey Aella y Osberht habían formado alianzas para atacar a los nórdicos y recuperar York, pero fueron derrotados y muertos por los vikingos en batalla.

Un hecho significativo es que La saga de Ragnarssona þáttr (La crónica de los hijos de Ragnar) menciona que los hijos de Ragnar Lodbrok toman prisionero al rey Aella tras la batalla y vengan a su padre asesinándolo por medio del mítico ritual vikingo del “águila sangrienta” o blodorn, una tortura que consistía en arrancar las costillas de la espina dorsal y remover los pulmones.

Northumbria sufrió al final una enorme derrota y los daneses conquistaron el reino en definitiva en el año 869 d.C. convirtiendo York o Jorvik (nombre vikingo) en su capital y Northumbria el primer reino vikingo en Gran Bretaña.

Ese mismo año 869 los vikingos conquistaron el reino de Anglia del Este u Anglia Oriental, derrotando a su ejército y martirizando a su rey Edmund quien, según las crónicas, fue atado por los vikingos a un árbol, lo utilizaron como blanco para lanzas y posteriormente fue torturado por medio del águila sangrienta. Anglia Oriental fue el segundo reino vikingo bajo control.

En esta dura etapa para Britania los vikingos hacían sus campañas en verano e inician la construcción de fuertes donde pasar el invierno que a la larga serían los Burh o «ciudades fortificadas» y, desde estos, realizarían ataques imparables en pueblos y ciudades ingleses, utilizándolos además como lugares de abastecimiento.

En el año 871 d. C. otra fuerza de guerreros vikingos arriba a Inglaterra, llamada: “La Armada de Verano” ó “El Gran Ejército de Verano” bajo el mando del vikingo Bagsec, quien según las fuentes, era rey de Dinamarca, iniciando campañas de saqueo y liderando un gran contingente de guerreros nórdicos para saquear las costas al sur de Escandinavia junto a Halfdan Ragnarsson, este último, caudillo nórdico y supuesto hijo del mítico vikingo Ragnar Lodbrok.

Este ejército numeroso se unió al resto de nórdicos supuestamente liderados por los hijos de Ragnar Lodbrok del gran Ejército Pagano y toman el control definitivo del reino de Anglia del Este.

El rey Ethelred I (Etelredo) había heredado el trono de Wessex en el año 866 justo con la llegada del Gran Ejército Pagano, originando la defensa de su reino contra la invasión de los vikingos, no solo como una lucha de defensa nacional sino como una expansión de la corona, con la subsecuente disposición de los reinos orientales y del norte de colaborar con los vikingos para evitar el dominio de Ethelred; con el historial de rivalidades entre los reinos de la heptarquía anglosajona.

La actividad de los vikingos consistió en asaltar ciudades y pueblos cercanos y construir en su avance campamentos fortificados para consolidar sus posiciones, lo que les permitió tener el dominio del norte y este de Inglaterra. Únicamente Mercia, en el centro, y Wessex en el sur, resistían al feroz ataque escandinavo.

Luego de cinco años de guerra, en el año 870 d.C. el Ejército Pagano emprendió la ofensiva final contra el reino de Wessex. Los daneses dividieron su ejército en varios contingentes para enfrentarse al rey Etelredo y su ejército en varias oportunidades. Al lado de Etelredo I lucharon su hermano Alfredo y el conde Ethelwulf.

Sajones y daneses libraron cinco grandes batallas. Algunas separadas solo por unos días. Ambos ejércitos sufrieron pérdidas. Los vikingos sufrieron la pérdida de cinco jarls (condes); los ingleses de Wessex perdieron cinco condes, dirigentes destacados y el mismo Ethelwulf.

El ejército vikingo avanzó hasta llegar a la región de Reading donde formaron un campamento. Un jarl llamado Sidrac formó una avanzada de guerreros nórdicos hasta alcanzar el territorio de Englefield, gobernado por un noble sajón Athelwulf quien con su hueste se enfrentó a los invasores nórdicos derrotándolos en el encuentro conocido como Batalla de Englefield el 31 de diciembre de 870. En la batalla pereció Sidrac y un grupo de vikingos retornó al campamento.

El ejército sajón de Ethelred apareció luego y encontró al contingente en el actual condado de Berkshire dando lugar a la Batalla de Reading en el 4 de enero de 871. El ejército danés estaba liderado por el vikingo Bagsec que había dado orden de acampar cerca de la población de Reading. Los sajones al mando de Etelredo fueron derrotados y el conde Ethelwulf murió en esta batalla; aunque los nórdicos sufrieron también numerosas bajas.

El 8 de enero de 871 los nórdicos al mando de Halfdan Ragnarsson y Bagsec atacaron nuevamente al ejército inglés replegado en otra localidad de Berkshire. Esta batalla fue conocida como la Batalla de Ashdown. Según las crónicas, Ethelred rezaba en la iglesia y dejó el mando de la defensa a su hermano Alfredo, quien con un número escaso de guerreros sajones derrotó a los nórdicos. En la batalla murió el líder vikingo Bagsec.

El 22 de enero de 871 se produjo la batalla de Basing, donde los nórdicos derrotaron a los sajones.

El 22 de marzo de 871 ocurre la Batalla de Marton donde los ingleses al mando de Ethelred se enfrentan a los vikingos comandados por Ivar “el Deshuesado”. Los nórdicos derrotan a los sajones y Ethelred, rey de Wessex, muere en la batalla. Se cree que para el tiempo de 871 u 872 Ivar Ragnarsson o Ivar “Sin huesos” fallecería sin que las fuentes especifiquen la causa; aunque se sugiere que su desceso fue producto de una enfermedad, no se descarta que haya muerto en batalla.

Durante esta etapa del conflicto, a pesar del fiero empuje danés, tanto vikingos como los ingleses sajones habían sufrido numerosas bajas. Ambos bandos estaban agotados lo que permitió una tregua. Los vikingos se retiraron a sus territorios conquistados al oriente de la isla incluyendo Londres.

Con la muerte del rey Etelredo en 871, la corona de Wessex recae sobre su hermano Alfredo, elegido por el Consejo Real o Witenagemot (Consejo de hombres sabios), conformado por los nobles, quienes tomaban decisiones en la administración y organización del reino, dando consejos e inclusive tomando la decisión de la elección de un nuevo rey. Con esta decisión, al mismo tiempo se desheredaba a los dos hijos de Etelredo conocidos: Ethelhelm y Aethelwold o Ethelwold. Este último reclamaría el derecho a la corona a la muerte de Alfredo en 899 como legítimo sucesor de Etelredo.

Pocos meses después de su coronación en 871, Alfredo se enfrenta en nueve ocasiones al ejército de los daneses.

Los oponentes agotados firmarían una tregua con las tropas escandinavas retirándose a Londres.

Alfredo se habría casado previamente en la localidad de Winchester, en el año 868, con Ethelswhita, con quien engendraría 6 hijos, entre los que figurarían: Ethelfleda, quien se convertiría en reina de Mercia; y Eduardo, quien sería conocido como “El Viejo”, quien sucedería a su padre Alfredo en el trono.

Entre los años 872 y 874 los vikingos atacan a Mercia terminando por apoderarse de gran parte de su territorio y dejándolo acaso con una escaza defensa.

Hacia el año 874 d.C. aparece el vikingo Guthrum, conocido como “El Viejo”, como rey de los jefes vikingos en los territorios escandinavos conquistados a los sajones quien tomaría el control de los ejércitos escandinavos y lanzaría varios ataques contra la frontera de Wessex.

En el año 875 el Gran Ejército se divide de nuevo. Una parte se dirige al norte, desde el Humber hasta el sur de Escocia, para atacar los reinos celtas de Pichtland y Strathclyde, mientras que la otra parte de la hueste vikinga mantenía el control de Mercia. Este acontecimiento marca en definitiva el hecho que los nórdicos estaban en plan de conquista. Halfdan Ragnarsson dirigió a los ejércitos del Norte, mientras que Guthrum comandaría los ejércitos del sur frente a Mercia y Wessex a partir del año 876 d.C.

El ejército nórdico de Guthrum ataca el sur de Wessex y derrotando a los sajones de Alfredo logra apoderarse de una fortaleza romana llamada Castellum y parte del pueblo de Wareham, acontecimiento conocido como la Batalla de Wareham en 876. Alfredo ofreció el pago de rescate o Danegeld para que los vikingos abandonaran el sitio.

Ese mismo año 876 Guthrum ataca Mercia y es derrotado por los sajones occidentales de Wessex en el 876 d.C. lo que les obliga a tomar refugio en Exeter mientras que los nórdicos del norte forman asentamientos y el reparto de tierra en Northumbria para establecer colonias. Tomando este ejemplo, en el año 877, los vikingos de Mercia reparten también tierras entre sus tropas, hecho significativo que los nórdicos habían “llegado para quedarse”.

Halfdan Ragnarsson fallecería en la batalla de 877 en la Batalla de Strangford Lough en Irlanda durante una batalla entre vikingos noruegos y daneses.

En enero de 878 los daneses continuaron a la lucha liderados por Guthrum realizando un ataque repentino en el emplazamiento de Chippenham donde Alfredo se había alojado desde Navidad. El ataque resultó efectivo para los vikingos ya que diezmaron a las tropas sajonas reunidas en la fortaleza y muchos habitantes fueron capturados. Alfredo, su familia y un pequeño séquito lograron escapar y refugiarse en los pantanos al sur de Wessex.  Al mismo tiempo los nórdicos impulsaron toda una serie de ataques sobre Mercia y Wessex ocasionando el caos sin un rey que defendiera el territorio. Sin embargo, Alfredo logró sobreponerse, construyó una fortaleza en la región de Athelney, y desde esta comenzó a formar un nuevo ejército de supervivientes y a recibir en su campamento a los refugiados anglosajones provenientes de otras regiones de Inglaterra, quienes entraron a raudales al servicio de la nueva resistencia de Alfredo para unirse bajo su mando.

Así mismo, había nobles cuyos territorios posiblemente no habían sido alcanzados por las hordas vikingas. En el año 878 d.C. los líderes vikingos: Ivar y Ubba guiaron una expedición de aproximadamente 20 drakkars para desembarcar en la costa de Combwich, en Somerset; muy posiblemente para atacar a Alfredo y la resistencia sajona ubicados en la región.

En la avanzada, los vikingos fueron descubiertos por un grupo de thanes (guardia personal de un noble) siendo atacados. En el encuentro murieron muchos vikingos. Los sajones posteriormente buscaron refugio en una fortaleza cercana a la costa llamada por las crónicas como: Cynwith. Los nórdicos asediaron la fortaleza esperando que los sitiados se rindieran por el hambre y la sed; sin embargo, inesperadamente, los sajones atacaron por sorpresa el campamento de los vikingos por la noche. En la contienda murió Ubba y los sajones se apoderaron del estandarte del cuervo que utilizaba los vikingos. Ivar y otros vikingos sobrevivientes huirían del terreno de batalla. Este encuentro sería conocido como la Batalla de Cynwith en 878.

Justo después de la Pascua, acaecida en mayo, los ingleses forman un ejército lo suficientemente preparado para enfrentarse a los daneses, desarrollándose la Batalla de Edington (Ethandun) en 878. En esta batalla ambos bandos formaron un muro de escudos colisionando entre sí y donde los anglosajones liderados por Alfredo derrotan al poderoso ejército los vikingos dirigidos por Guthrum obligándolos a retroceder a Chippenham. La victoria inglesa sería un gran respiro para los sajones que habían sido reducidos por las fuerzas daneses y al mismo tiempo demostraba que los vikingos invasores no eran invencibles en el campo de guerra.

Como resultado de la batalla de Edington, Alfredo hizo la paz con los daneses en Wedmore, Somerset, con una ceremonia que incluía el bautismo a la religión cristiana del vikingo Guthrum y otros comandantes escandinavos; que a la postre sería algo convencional para los nórdicos que no dejarían de ejercer su paganismo; aunque consiguiendo que entre 879 y 885 d.C. Wessex mantuviera un período de paz.

Las fuerzas de Guthrum se retiraron hacia Anglia Oriental donde establecieron su dominio. Algunos escandinavos tomaron tierras para asentarse y otro grupo numeroso tomó rumbo al resto del continente para continuar con sus saqueos sobre el Imperio Franco en 885. Guthrum rompió el tratado de paz en el año 886 d.C. atacando el reino de Kent.

Durante esos seis años, Alfredo había consolidado su dominio sobre su reino y preparado a su ejército, logrando contener al ejército de Guthrum y renovando el tratado de paz ese mismo año de 886 que se había firmado anteriormente permitiendo la creación de una frontera angloescandinava que dividía los territorios de los ingleses y nórdicos con la formación de dos regiones inglesas: la región este y sur pasaría a ser parte de Wessex y Mercia, mientras que la región oeste y norte comprendiendo Northumbria, parte oriental de Mercia y Anglia Oriental pasaría a manos de los vikingos. A este territorio escandinavo se le denominaría como Danelaw y cuya base sería Londres, además de la ciudad de York.

Los vikingos habían conseguido el dominio de un territorio en la Isla Británica y como tal fueron una amenaza constante para el reino de Wessex. Guthrum fallecería en el año 890 por causas naturales.

A partir del año 886 d.C., Alfredo mantuvo la vigilancia sobre el Danelaw construyendo toda una serie de fortificaciones a lo largo de Inglaterra meridional que a su vez fueron centros administrativos garantizando la supervivencia de su reino y a su vez reforzando su ejército. Estos centros de defensa fueron los Burhs. El Burh o «burgo» era o puesto defensivo que alojaba tropas del ejército, algunas veces ubicados sobre antiguos fuertes romanos o castro, cuyo objetivo era la defensa de un territorio y la rápida respuesta ante una incursión vikinga en territorio inglés. La intención del burh era ser un puesto de defensa militar permanente, lo que condujo a que se convirtieran en asentamientos duraderos, y con el tiempo, en una ciudad fortificada. Se estima que existieron 30 Burhs en Wessex y 3 en Mercia. Entre los más importantes estuvieron los de: Tamworth y Stafford.

Los daneses por su lado, una vez conquistado y establecido en Danelaw, fundaron sus propios burh. Junto con la ciudad de York, existieron cinco burgos del Danelaw que se convirtieron en las cinco ciudades principales vikingas defensivas. Estas fueron: Derby, Leicester, Lincoln, Nottingham y Stamford. Otros burh principales en el sur del Danelaw a manos de los vikingos fueron: Northampton, Bedford, Huntingdon y Cambridge.

El reino de Mercia.

Antaño, Mercia era el reino más poderoso de la Heptarquia Anglosajona ubicado al centro de la actual Inglaterra, pero tras la llegada de los escandinavos, el poder de Mercia quedó limitado a su mitad occidental y sur, ya que la oriental y septentrional terminó siendo parte del Danelaw gobernados por colonos vikingos.

Contemporáneo de Alfredo, en la difícil situación de Gran Bretaña, fue el rey Burgred de Mercia, quien reinaba entre el 852 y el 874 d.C. cuando Alfredo había sido coronado soberano. Previamente Burgred pidió ayuda a Etelredo I y a su hermano Alfredo, antes de convertirse este último en monarca de Wessex, en su lucha contra los vikingos en el año 858, justo cuando los escandinavos conquistaron Nottingham. Al parecer no recibió la ayuda solicitada debido a la intensa presión de los nórdicos sobre Wessex y los daneses depusieron a Burgred colocando un rey títere llamado: Ceolwulf II. Burgred emigraría a Roma donde fallecería posteriormente.  A Ceolwulf le sucedería Etelredo II a partir del 879, también conocido como Æthelred, siendo el rey de Mercia entre los años 879 hasta 911.

Mercia se convertiría en reino vasallo de Wessex bajo el gobierno de Alfredo, debido a la alianza formada por el matrimonio de Etelredo II de Mercia con Ethelfleda, esta última la hija mayor de Alfredo. La boda fue celebrada aproximadamente a partir del 882 o el 887 justo en el período de la delimitación del Danelaw danés forjando así una alianza entre Mercia y Wessex para contener la presión de los nórdicos.

La Segunda oleada de los vikingos.

En el año 892 la sección del ejército danés que había viajado a Francia en el año 885 d.C. retornó a Inglaterra bajo el mando del vikingo Hanstein, un jarl quien se había hecho famoso por sus ataques y saqueos en Francia y en el mar Mediterráneo.

Los vikingos de Hanstein se dividieron en dos contingentes para atacar el reino de Kent en el 892 y hacia el 893 atacan Wessex.

En este ejército lucharían también los anglos de Anglia Oriental y los de Northumbria al lado de los vikingos quienes preferían estar bajo el dominio de los escandinavos que bajo el reinado de Alfredo.

El rey de Wessex y su ejército responden a la invasión situándose en el centro de Kent entre los dos grupos de fuerzas escandinavas sin un punto claro de encuentro hasta que Alfredo y Hanstein tuvieron conversaciones de paz con el bautismo de Hanstein y su familia al cristianismo y el pago de un tributo de parte de Wessex a cambio de retirarse. Hanstein tomó el dinero y, como era de esperar, no se retiró.

Ese mismo año 893 surgió un tercer contingente vikingo procedente de York alcanzando la región de Devon y ocupando Exeter, obligando a Alfredo a dividir sus fuerzas. Sin embargo, el ejército vikingo proveniente de York se disolvió, marchando algunos grupos a Irlanda y otros retornando a York. Esto dio oportunidad a que los ejércitos escandinavos en Kent escaparan de Alfredo.

Un grupo de vikingos marcharon con lentitud y fueron interceptados por Eduardo, el hijo de Alfredo, en la región de Surrey donde los nórdicos fueron derrotados. Los sobrevivientes se unieron a Hanstein, quien atacó con su ejército el este de Mercia dejando atrás su base de provisiones y barcos. El ealdorman Etelredo, bajo el mando del rey Alfredo, asaltó el campamento de Hanstein con su ejército y capturó muchos de sus barcos incluyendo su esposa y sus dos hijos.

Pese a esta situación, Hanstein recibiría apoyo de los vikingos de Anglia Oriental y proseguiría sus ataques en Mercia alcanzando la frontera con Gales, siendo perseguido por las fuerzas de Alfredo hasta ser sitiado en la región de Buttington, a orillas del río Severn, sufriendo muchas bajas, lo que le obligó a huir hacia Anglia Oriental y sin permitirle maniobras de mayores saqueos.

Hastein no cesó en sus asaltos y atacó Mercia durante el otoño de ese mismo año 893 d.C. Sin embargo, falto de suministros y provisiones se retiró a Essex. Alfredo a su vez liberó a la familia de Hanstein buscando aliviar sus ataques; pero este avanzó sobre Mercia hacia el año 894 atacando todo a su paso. Pese a ello, muchas de sus incursiones fueron detenidas y frustradas por las defensas de Alfredo negándole la oportunidad del asalto en regiones, pueblos y ciudades.

La férrea defensa de los sajones hizo que el ejército de Hanstein se disolviera en 896 d.C. Hanstein retornaría a Francia junto a varios escandinavos que le siguieron, mientras que otros se asentaron en Anglia Oriental.

Alfredo, quien nunca había disfrutado de buena salud fallecería en 899 d.C. dejando un reinado fuerte en Wessex que resultaría decisivo para enfrentarse a las fuerzas escandinavas y cuyas habilidades políticas, militares, culturales y con un buen liderazgo, permitieron el desarrollo de la historia inglesa y la preservación del cristianismo en Inglaterra, siendo considerado uno de los reyes más emblemáticos de la Edad Media. Debido a su labor como gobernante y su tenacidad contra los vikingos, hacia el siglo XVI d.C. sería conocido como “Alfredo El Grande”.  

Eduardo “El Viejo” contra los vikingos. La Batalla de Brunanburh.

El establecimiento del Danelaw resultó en un triunfo para los escandinavos que buscaban tierras donde asentarse. Los nórdicos formaron colonias estableciendo granjas con sus familias a las cuáles tenían que proteger por lo que eran vulnerables al ataque de los anglos de Mercia y Wessex; situación muy distinta cuando los primeros asaltos vikingos eran realizados desde Escandinavia durante el verano para retornar con el botín adquirido. Por otro lado, el Danelaw contaba con múltiples reinos inestables regidos por jefes locales.

Los nórdicos fundaron diversos emplazamientos defensivos en su estancia en el Danelaw. Cinco burgos burhs de Danelaw fueron las cinco ciudades principales vikingas: Derby, Leicester, Lincoln, Nottingham y Stamford.

El sucesor de Alfredo fue su hijo: Eduardo “El Viejo” quien reinó Wessex desde el 899 hasta el 924 d.C.

Sus primeros años de reinado desencadenaron una guerra civil con su primo Aethelwold quien se consideraba aspirante legítimo al trono de Alfredo debido a que consideraba que era el sucesor legítimo de su padre: Etelredo I, hermano mayor de Alfredo y tío de Eduardo El Viejo. Aethelwold recibió el apoyo de los vikingos de Anglia Oriental; pero moriría en 903 en combate permitiendo a Eduardo proseguir con una política de resistencia y ofensiva contra los escandinavos.

En el año 909 d.C. Eduardo atacó la ciudad de York sin resultados. Como represalia, en el año 910 d.C. los nórdicos de Northumbria formaron una flota para transportar un enorme ejército de guerreros nórdicos remontando el río Severn, desde el lado occidental de la Gran Bretaña, para ingresar a Mercia. Una vez en el centro de Mercia, iniciaron una campaña de saqueo y devastación del territorio. Eduardo el Viejo preparó su ejército junto con las fuerzas de Mercia, lideradas por su hermana Ethelfleda y el esposo de esta: el rey Etelredo II de Mercia. Ambos ejércitos sajones interceptaron a los nórdicos y rodeándolos les obligaron a luchar desarrollándose: la Batalla de Tettenhall del 910 d.C., también conocida como Batalla de Wodansfield. Esta batalla resultaría con el triunfo de los reinos de Mercia y Wessex en una aplastante derrota para los vikingos, quienes perdieron numerosos reyes (jarls o jefes nórdicos) y gran número de guerreros, convirtiéndose en la mayor derrota infligida a los escandinavos en Inglaterra.

El resultado de la batalla de Tettenhall dejó sin gobernantes a York, territorio nórdico. Eduardo el Viejo y Ethelfleda a su vez iniciaron una ofensiva contra el Danelaw recuperando los cinco principales burgos vikingos entre el 916 y 917 d.C. Ethelfleda fallecería en el 918.

Para el año 920 Eduardo ya albergaba el control sobre Wessex, toda Mercia y Anglia Oriental. Solo Northumbria mantenía la independencia vikinga. A Eduardo se le considera destructor del “poder de vikingo” en Inglaterra y el fundador del primer poder unificado del reino inglés. Falleció en el año 924 dejando como sucesor a su hijo Athelstan.

Los vikingos asentados en Irlanda habían realizado intentos de apoderarse de la ciudad liderados por el líder Ragnald hacia el 911.

Para el año 927 el rey Athelstan de Wessex tomaría York consiguiendo la unificación de toda Inglaterra y encontrarse bajo un único gobernante, siendo un duro golpe para las aspiraciones de los escandinavos.

Olaf Guthfrithsson era un jefe vikingo quien fue el rey de Dublín en Hibernia (Irlanda) entre los años de 934 y 941 d.C. Realizó una alianza con Constantino II de Escocia y Owen del reino de Strathclyde para enfrentarse a Wessex intentando recuperar York. Athelstan reunió a su ejército y para enfrentarse contra los escandinavos desarrollándose la Batalla de Brunanburh en 927 d.C.

La victoria resultó para los ingleses con su rey Athelstan, haciendo huir a los nórdicos y dejando miles de cuerpos sobre el campo de batalla entre ingleses y vikingos. La crónica Anglosajona describiría: “Nunca antes en esta isla se ha conocido mayor matanza de gente caída por el filo de la espada… desde que anglos y sajones llegaron aquí desde el este y arrebataron el país a los galeses”.

La Batalla de Brunanburh permitió la unificación de toda Inglaterra bajo un rey inglés en el liderazgo de Athelstan. Este lograría éxitos militares entre los vikingos y otros reinos de la isla británica como Cornualles y Gales; estableciendo además relaciones diplomáticas con los nórdicos. Durante su reinado mantuvo relaciones diplomáticas con los vikingos de Jórvik y con el rey nórdico de Noruega en su momento: Haraldr Halfdanarson ó Harald I de Noruega, también conocido como Harald «Cabellera Hermosa». El hijo menor de Harald I de Noruega, Haakon Haraldsson o Haakon «El Bueno», futuro rey de Noruega, sería criado en la corte de Athelstan por cierto tiempo. A pesar de la diplomacia entre sajones y escandinavos, los vikingos estaban decididos a conquistar la isla Británica. A la muerte de Athelstan en 939 d.C. Olaf Guthfrithsson volvería a Inglaterra con apoyo de Escocia, conquistando York, Northumbria e importantes cinco emplazamientos en el Danelaw vikingos o Boroughs en el año 941 d.C.

Olaf fallecería en 941 en sus campañas de guerra. A Olaf Guthfrithsson le había sucedido brevemente Óláfr Sigtryggsson u Óláfr kváran (Olaf Cuaran), vikingo rey de Dublín.

Edmundo I “El Magnífico”, nuevo rey de Inglaterra y sucesor de Athelstan, cuyo reinado ocurrió entre 939 y 946, reconquistó los cinco Boroughs en el año 942 d.C. con la muerte de Olaf y desplazando a Óláfr Sigtryggsson de York, volviendo la ciudad a manos inglesas en 944.

Erik Hacha Sangrienta.

Erik Haraldsson “el Sanguinario” o “Hacha Sangrienta”, fue el segundo rey de Noruega tras suceder a su padre Harald I de Noruega “Cabellera Hermosa”, quien a través de una serie de campañas de guerra había logrado unificar a reinos rivales en Escandinavia y extendiendo sus dominios sobre Escocia, las Islas Hébridas, las islas Órcadas y las Shetland desde el año 872 hasta el 933. A su vez, Erik era nieto de Halfdan Gudrödarson, también llamado: Halfdan Svarte y mejor conocido como: Halfdan «El negro» por sus cabellos oscuros, quien fuese considerado el primer rey de Noruega por algunos historiadores previo a Harald Cabellera Hermosa.

El reinado de Erik fue despótico al serle heredado por su padre Harald Cabellera Hermosa, rivalizando y matando a varios de sus hermanos en la lucha por el poder, por lo que su hermano menor: Haakon Haraldsson “El Bueno”, criado en la corte sajona, le arrebató el trono con apoyo de la nobleza escandinava y barcos ingleses proporcionados por Athelstan; situación que obligó a Erik a viajar a Jórvik, en Inglaterra, en la época del reinado de Athelstan, desde donde organizaba saqueos en regiones de Escocia e Irlanda.

Tras la muerte de Athelstan Erik arrebató al rey Edmundo la ciudad de York en 948 con un contingente vikingo siendo el nuevo rey de Jórvik y toda Northumbria. No obstante, los habitantes de York le expulsarían por su violencia desmedida.

Erik Hacha Sangrienta proseguiría con sus incursiones en las islas Británicas como líder vikingo. Para esta época la rivalidad entre los reinos del Norte de Gran Bretaña, los vikingos asentados en los reinos de Irlanda, Gales, Inglaterra y Northumbria era evidente. En el año 954 sucedió la Batalla de Stainmore, entre vikingos de Northumbria contra vikingos de Jórvik, donde falleció Erik Hacha Sangrienta, lo que dejó un vacío de poder con la disolución del reino de York y la unificación de Northumbria con Inglaterra.

La unificación de Inglaterra por la dinastía de Wessex quedó consolidada frente a la férrea defensa que los vikingos y sus aliados escoceses encontraron frente a los sajones, sino también a la oposición de los sajones que vivían en el Danelaw quienes, a pesar de ser cristianos, formaban alianzas con los vikingos, especialmente las poblaciones de Anglia Oriental, Northumbria y algunas poblaciones de Mercia.

Los vikingos ya habían alterado las estructuras de poder de Inglaterra. Previo a la llegada de los vikingos, los reinos ingleses o Heptarquía estaban divididos políticamente, pero compartían una cultura en común con un dialecto estrechamente ligado a la lengua germánica. Los cronistas francos habían nombrado a los habitantes ingleses del siglo VII como Angli-Saxones para describir a todos los colonos germánicos de Britania. Sin embargo, con las diferencias, fue la religión cristiana la que permitió ser un elemento unificador frente a las invasiones vikingas, de tal forma que se creó una identidad ante las invasiones nórdicas quienes profesaban un paganismo escandinavo contrario al dogma de la Iglesia Cristiana. Reyes como Alfredo ganaron su reputación no solo por su lucha contra los vikingos, sino porque reconocieron el potencial político del desarrollo de un concepto de unidad y “anglicidad” para una construcción nacional, es por esta razón que Alfredo pasaría a la Historia a ser llamado: Alfredo “El Grande”. Los mismos anglosajones comenzaron a describirse como: Anglecynn ó «Ingleses». Esto permitió a los sucesores de Alfredo la creación de una entidad política común. 

Las invasiones vikingas proseguirían sobre las Islas Británicas, pero la religión cristiana y la identidad cultural inglesa, a partir de la casa real de Wessex, permitieron la integración cultural de los colonos escandinavos, los cuáles tendrían un papel fundamental en la Inglaterra Medieval.

El Retorno de los Lobos del Norte. Olaf Tryggvason. La Segunda época vikinga en Inglaterra.

Los vikingos nunca habían perdido de vista a las Islas Británicas ya que buena parte de sus colonias ya estaban asentadas ahí en una mezcla entre vikingos paganos y cristianos, en una mezcla de cultural. Se sabe que había incluso matrimonios mixtos y Cristo iba ganando terreno entre los seguidores de Thor y Odín.

Hacia el año 980 d.C. los vikingos iniciaron nuevas expediciones de ataque sobre Inglaterra. Para esta ocasión habían seguido los acontecimientos previos a esta fecha una década atrás.

Edgardo “el Pacífico”, quien realmente era cruel y violento, fue el cuarto hijo de Edmundo I “El Magnífico”. Cuando Edgardo consiguió la corona inglesa, Inglaterra era el reino más rico y poderoso de Britania y él se miraba a sí mismo como un rey unificador de toda la Isla.

No enfrentó una invasión vikinga. Pero a su muerte en 975 d.C. le sobrevivieron dos hijos: Eduardo, quien contaba con trece años y era habido con una concubina llamada Elfrida, y Etelredo de siete años quien era hijo su esposa oficial Aelfthryth. Una facción poderosa de la nobleza eligió a Eduardo como sucesor y reinó por tres años; pero fallecería en Dorset cuando cazaba asesinado por un grupo de hombres armados. Etelredo se convirtió en el nuevo rey en el año 978, bajo la sospecha de haber instigado el asesinato de su hermanastro hecho que llevó a una desconfianza e inestabilidad en la clase gobernante sajona pues se había asesinado a un rey ungido; además que la principal característica de Etelredo fue su incapacidad, o su necedad, como gobernante para escuchar a sus consejeros, especialmente en la defensa militar, por lo que sería apodado como “mal aconsejado” de la traducción unread. Otras versiones de la Historia le dan el sobrenombre de “el Indeciso” a partir de del término unread, relacionándolo a su incapacidad para tomar decisiones frente a las circunstancias o a los malos consejos que recibía de sus partidarios más cercanos. La característica mayor conocida de Etelredo fue supuesta su incapacidad militar; aunque otros historiadores señalan que Etelredo fue un buen gobernante y que la impopularidad de su reinado y sus desacertadas decisiones tuvieron sus raíces en la falta de unión entre los sajones y la difícil situación entre ingleses y daneses en su momento.

En el 980 los nórdicos atacaron Southhampton matando y apresando a muchos habitantes. En el 982 un grupo de asaltantes nórdico atacaron Dorset. Eso fue la antesala para una nueva oleada de ataques que se fueron intensificando dando lugar a la aparición de Olaf Tryggvason u Olaf I de Noruega, apodado Cracabnbe o “Hueso de Cuervo”, quien tenía un excelente instinto para el pillaje.

Dedicado a una vida de saqueo desde el 984 guio una expedición de asaltos en las Islas Británicas con una tripulación de escandinavos en más de noventa y tres barcos, cruzó el estuario del Támesis antes de avanzar la comarca de Maldon en Essex en el año 991 d.C., estableciendo un campamento en la isla de Northey en el estuario del río Blackwater. Tal flota de drakkars vikingos no podía pasar desapercibida para los pobladores y vigías de la costa. Byrhtnoth, el earldorman (magistrado o noble encargado de la vigilancia de un feudo en específico) de Essex, al darse cuenta de la situación de la presencia de un contingente nórdico, formó un contingente sajón para enfrentar a los expedicionarios vikingos que invadían el territorio avanzando al encuentro de su campamento. Olaf, al darse cuenta del ejército de Byrhtnoth frente a sus soldados vikingos, ofreció retirarse a cambio de un tributo. Byrhtnoth se negó aduciendo que «le pagaría a los vikingos solo con puntas de lanza y filos de espada». El desarrollo de la batalla estaba decidido. Según las fuentes, sin detallar número exacto, el ejército sajón era menor al regimiento escandinavo. Olaf contaba entre 3,000 a 4,000 efectivos.

Entre ambos ejércitos, inglés y noruego, se desarrolló la Batalla de Maldon de 991 d.C. El ejército de Olaf cruzó el estuario para enfrentarse a los sajones que habían formado líneas al otro del terreno. Ambos ejércitos colisionaron en un muro de escudos. Byrhtnoth luchó en primera fila pero fue herido de muerte. Algunos soldados ingleses comenzaron a retroceder ante el avance escandinavo. Los nórdicos avanzaron tenazmente obligando a los sajones a retroceder y destrozar sus filas. Entonces los ingleses huyeron. Al final solo los guerreros seguidores de Byrhtnoth lucharon encarnizadamente contra los vikingos alrededor del cuerpo del noble fallecido. Según las crónicas los hombres de este grupo de sajones murieron valerosamente.

Olaf había realizado sus cálculos. Byrhtnoth no tenía otra opción más que enfrentarse a los lobos nórdicos; ya que, si no lo hacía, los vikingos asaltarían otras regiones de Inglaterra y tendrían un frente de avance mientras Olaf por su lado sabía que al destruir al ejército de Byrhtnoth, quedaría libre para el saqueo sin un ejército inmediato al que enfrentarse.

La victoria de los escandinavos al mando de Olaf en la Batalla de Maldon del 991 trajo para Inglaterra serias consecuencias. Olaf exigió a Etelredo el pago de un Danegeld en plata como tributo a cambio de la paz. Etelredo “El Indeciso” consiguió el dinero por la recaudación de un impuesto general y con la venta de tierras y privilegios.

Olaf y sus guerreros se retiraron de Inglaterra al recibir el Danegeld; sin embargo, el hecho sirvió para que los vikingos se percataran de la debilidad del reino inglés en el momento bajo Etelredo.

Svend Haraldsson Barba Partida.

En el año 992 los vikingos retornaron avanzando por el Támeses. Etelredo decidido esta vez a atacar a los nórdicos ordenó que la flota de barcos ingleses se reuniera en Londres y detuviera la nueva amenaza nórdica. Etelredo puso al mando al ealdorman de Hamphsire Aelfric; pero este último advirtió del ataque a los vikingos y se unió a ellos, hecho que demuestra que Inglaterra tenía dificultades para combatir a los nórdicos debido a las deslealtades entre sus filas.

A partir del año 994 d.C. las incursiones vikingas se volvieron más continuas e intensas.

Olaf Tryggvason retornó a Inglaterra ese mismo año junto con Svend Haraldsson, llamado Svend Forkbeardo “Barba Partida” o “Barba de Horquilla”, hijo de Harald “Diente Azul”, al mando de noventa y cuatro drakkars.

Olaf y Svend remontaron con la flota vikinga el Támesis para atacar Londres. Los londinenses rechazaron el ataque y los vikingos no pudieron tomar la ciudad; en cambio, dirigieron sus ataques hacia Essex, Sussex, Kent y Hampshire. El rey Etelredo, en lugar de enfrentarlos, pagó una gran cantidad de plata para que detuvieran sus ataques.

Olaf consiguió dinero, pasó el invierno con sus tropas en Inglaterra y fue agasajado por el rey Etelredo. Olaf fue bautizado en la Fe cristiana y Etelredo fue su padrino. Olaf convertido al cristianismo prometió no volver a atacar Inglaterra, promesa que cumplió retornando a Noruega en 995 convirtiéndose en rey.

Svend Barba Partida fue bautizado al cristianismo y retornaría a Noruega para luchar por la corona contra Olaf Tryggvason.

Con la ausencia de Olaf y Svend fuera del escenario de Inglaterra, otros jefes nórdicos menores prosiguieron con sus ataques en la Isla Británica formando coaliciones.

En 1001 d.C. estos contingentes vikingos derrotaron al ejército inglés en Hampshire en Aethelingadene. Etelredo dejó que cada comarca se defendiera de los ataques vikingos ofreciendo un nulo esfuerzo por defender el reino ante los ataques de los lobos del Norte. La reticencia de Etelredo a luchar en primera fila junto a sus nobles y súbditos resultó tener un efecto desmoralizador frente a los vikingos y para estos últimos un aliciente.

Los vikingos atacaban desde Normandía bajo un auspicio de Ricardo II de Normandía, conocido como Ricardo “El Bueno” duque de Normandía, hijo de Ricardo I y Gunnora de Crepon, esta última de origen danés; hecho que establecía sus relaciones con sus parientes escandinavos.

Etelredo recurrió a la diplomacia para frenar los ataques nórdicos tomando en el año 1002 d.C. como esposa a Emma de Normandía, hermana de Ricardo El Bueno, apodada “La Rosa de Normandía” por su belleza.

Emma le daría dos hijos a Etelredo: Eduardo, quien sería llamado “el Confesor” y Alfredo.

Hacía el año 1000 d.C. la guerra en Escandinavia había tenido el desenlace con Svend I Barba Partida derrotando a Olaf Tryggvason, convirtiéndose en rey y estableciendo el dominio danés sobre Noruega. Svend, como nuevo monarca, necesitaba llenar las arcas vacías por el costo de la guerra al mismo tiempo que recibía las noticias de la muerte de su hermana en Inglaterra Gunhilda Haraldsdatter o Gunhilde a manos de los soldados de Etelredo y un edicto para eliminar a todos los daneses en su reino.

En un afán de ganarse la fidelidad de la nobleza sajona y con el propósito de mostrar fuerza a sus enemigos sajones y vikingos, Etelredo decidió eliminar posibles focos rebeldes, por lo que ordenó una masacre de los nobles ingleses con ascendencia danesa. Episodio conocido como “La masacre del Día de San Bricio” durante el 13 de noviembre de 1002. Con esta acción Etelredo pensaba establecer su dominio sobre posibles rivales y la influencia escandinava en Inglaterra; sin embargo, sus soldados, al ejecutar la orden en diversos condados y feudos, asesinaron entre los nobles daneses al líder vikingo Pallig Tokeson, conde de Devonshire, y a su esposa Gunhilda, hermana del rey Svend de Dinamarca. La muerte de Gunhilda sirvió de excusa perfecta para el rey Svend​ de lanzar sucesivos ataques a Inglaterra a partir del 1003 d.C.

Las nuevas expediciones de Svend Haraldsson contra de los ingleses fueron realizadas entre: 1003-1005, 1006-1007 y 1009-1012, teniendo Etelredo que pagar el danegeld en aún mayor cantidad que antes.

Thorkell El Alto.

Durante el año 1009 d.C. a principios de agosto una gran flota danesa desembarcó en Sandwich sin ninguna oposición.

El jefe de esta nieva expedición vikinga era Thorkell “El Alto”, quien había sido uno de los comandantes del ejército de Svend en sus invasiones sobre Inglaterra. Sin embargo, en esta ocasión, Thorkell actuó de forma independiente con un numeroso ejército de escandinavos bajo su mando.

En 1010 en los márgenes del río Orwell, el ejército de Thorkell se enfrentó a los ingleses a quienes derrotó, a la vez que exigía el Danegeld en las poblaciones a su paso.

Thorkell y su ejército recorrieron Wessex y East Anglia saqueando y quemando sus comarcas frente a una resistencia inglesa totalmente desorganizada por parte de Etelredo.

Hacia 1011 Thorkell puso sitio a la ciudad de Canterbury hasta conquistarla en tres semanas, consiguiendo un gran botín y un buen cargamento de prisioneros entre los que se encontraba el arzobispo de la ciudad: Alpeghe, a quien usarían como rehén para un rescate pidiendo una eleada suma de dinero. Sin embargo, el arzobispo se rehusó a ser rescatado para evitar que el dinero por su liberación proviniera de los impuestos de los pobladores ingleses. Durante la Pascua de 1012, los daneses que custodiaban al arzobispo se emborracharon, perdieron el control y mataron al Alpeghe con una paliza. Al siguiente día el cuerpo del arzobispo fue trasladado a Londres siendo reconocido como mártir. Etelredo pagó el Danegeld y el ejército de Thorkell se disolvió.

La mayoría de los nórdicos retornaron a Escandinavia. Thorkell y varios de sus seguidores se ofrecieron a Etelredo para servirle defendiendo su reino con cuarenta y cinco barcos a cambio de una paga. Para pagar a Thorkell y sus vikingos, Etelredo introdujo un nuevo impuesto: el heregeld o «impuesto del ejército».

Canuto «El Grande» rey de Inglaterra.

Anteriormente las expediciones de saqueo vikingas eran contingentes improvisados en un mando conjunto con un guerrero vikingo luchando por una parte del botín de guerra. Con Svend I la situación era distinta; Svend era el único al mando y sus guerreros eran soldados con un sueldo y muchos de ellos comenzaban a ser cristianizados; en otros casos, los descendientes nórdicos asentados en la isla desde hacía algunas generaciones atrás ya estaban radicados como cristianos; un hecho que también explicaría las invasiones y acercamientos entre daneses, noruegos, e inclusive suecos, (escandinavos en general) hacia Gran Bretaña. Aunque en Escandinavia todavía se profesaba el paganismo nórdico, los vikingos que viajaban hacia Inglaterra como invasores en busca de fortuna o para radicarse en la misma, poco a poco fueron conversos a la religión de Cristo; aunque en un proceso lento, pero progresivo. Los jarls y nobles escandinavos lo hacían más por razones diplomáticas que por la convicción hacia una nueva fe.    

Svend dedicó una primera etapa al saqueo; pero a partir del 1013 decidió cambiar de estrategia e invadir el país para conquistarlo por medio de una incursión a gran escala intentando apoderarse de Londres defendida por Etelredo y Thorkell.

Para evitar la entrada del invasor escandinavo, los ciudadanos de Londres deciden volar el puente mientras Svend lo cruzaba con sus hombres, lo que le provocó serias heridas. Este puente habría sido probablemente construido desde el año 915 d.C.

Svend no pudo conquistar Londres en ese momento, por lo que el rey danés continúa con su conquista de todo el reino sometiendo a los nobles de Wessex en medio de la desorganización del reinado de Etelredo.

Londres, quedándose sola frente a los vikingos, se rendiría el 23 de diciembre de 1013 d.C., en víspera de la Navidad. El Witenagemot inglés proclamaría a Svend rey de toda Inglaterra, convirtiéndose a su vez en el rey de Noruega y Dinamarca. Etelredo II y su familia, ante el hecho, se refugiaron junto a Thorkell en Greenwich y luego el monarca destronado huiría a Normandía con los suyos para buscar asilo con su cuñado el duque Ricardo.

Svend no disfrutaría mucho de su reinado en Inglaterra; ya que 6 semanas después moriría en 1014 enfermo y a causa de las heridas que sufrió durante la explosión del puente de Londres, por lo que los escandinavos eligieron a su hijo Knut como su sucesor.

Knut den Store o Canuto «el Grande», era hijo de Svend I Haraldsson y había acompañado a su padre en las expediciones vikingas sobre la Isla Británica. Canuto el Grande estaría destinado a convertirse en rey de Inglaterra. Sin embargo, hacia 1014, después de su elección como monarca, navega con sus fuerzas vikingas hacia Dinamarca para arreglar una crisis sucesoria con su hermano Harald a quien habían nombrado rey danés. Al mismo tiempo, Etelredo retorna a Inglaterra apoyado por una parte de los ingleses y nobles lo que provocaría nuevas luchas entre sajones e ingleses. Los daneses se enfrentarían a campañas de guerra contra los sajones, promovidas por ingleses reacios al dominio vikingo y liderados por los hijos de Etelredo: Ethelstan y Edmundo; este último conocido como «Brazo de hierro». En las escaramuzas con los vikingos muere Ethelstan en 1014.

Canuto, al percatarse del movimiento de los ingleses, retorna a Inglaterra en 1015 d.C. con una fuerza expedicionaria de más de 25,000 guerreros nórdicos y 340 barcos drakkar desembarcando en Sandwich. Tal cifra fue expuesta por Tietmaro de Marseburgo (Thietmar de Merseburg), cronista contemporáneo medieval, siendo para los historiadores un recuento exagerado; aunque sin negar que las fuerzas de Canuto eran numerosas en su decisión de conquistar Inglaterra en definitiva, siendo apoyado en esta ocasión por Thorkell El Alto y sus guerreros, quien reconciliándose con Canuto en Dinamarca, le había ofrecido sus servicios. Tal situación se explica que guerreros de toda Escandinavia se unieran al ejército de Canuto; ya que el destino de un reino estaba en juego.  Al mismo tiempo, en 1015 Edmundo Brazo de Hierro, se rebelaría contra su padre para luchar contra los escandinavos por su cuenta, tomando por esposa a la viuda Sigeferth, buscando así ser el sucesor de su padre: Etelredo El Indeciso y posiblemente motivado a arreglar la situación de Inglaterra ante los fracasos del reinado de su progenitor en la lucha contra los nórdicos, llevando una actitud de ofensiva ante el dominio escandinavo.

Desde 1015 los nórdicos se enfrentarían contra las fuerzas de Etelredo y desde el 1016 contra los contingentes formados por su hijo Edmundo llevando a Inglaterra a un período de inestabilidad y batallas constantes.

Etelredo caería enfermo en 1016 tomando el mando el noble Eadric. Este último era conocido por ser traicionero, aconsejar mal a Etelredo, conseguir ascensos en el reino acusando falsamente a otros nobles rivales o posibles rivales de deslealtad ante el rey y siendo reconocido además por su incompetencia militar. Edmundo Brazo de Hierro y Eadric formaron sus ejércitos y acordaron atacar a los daneses; pero Eadric no cumpliría su palabra y cambiaría de bando junto a otros nobles apoyando a Canuto, hecho que revela la situación de los sajones y el desorden en el reino. Muchos nobles sajones terminaron apoyando a Canuto.

Etelredo falleció en 1016 d.C. Los nobles en Londres eligieron a Edmundo como el nuevo rey, sucesor de su padre. Edmundo animaría la resistencia contra los escandinavos, entre estos, Emma, la esposa viuda de Etelredo desde Londres.

Canuto atacó Londres con sus fuerzas y mientras Edmundo buscaba refuerzos en Wessex con sus seguidores, Canuto le persiguió con su ejército desarrollando una intensa ofensiva por toda Inglaterra. Londres ofreció una fiera defensa y el ejército de Edmundo derrotó en dos ocasiones a los ejércitos vikingos en la Batalla de Brentford y en la región Oxford ese mismo año. Sin embargo, aunque estas batallas animaron a los ingleses a luchar bajo el liderazgo de Edmundo, no fueron suficientemente efectivas para derrotar a toda la fuerza escandinava de Canuto. Muchos nobles sajones y varias comarcas ya se habían unido al bando escandinavo. En este momento, Eadric decide cambiar de bando, volviendo con Edmundo y la resistencia sajona siendo, paradójicamente, recibido junto a sus seguidores entre las filas inglesas a pesar de su reputación de traicionero.  

El 18 de octubre de 1016 d.C. las fuerzas de Canuto sorprenden al ejército de Edmundo en el sur de Inglaterra desarrollándose la Batalla de Assandun (Batalla de Ashington).

Ambos ejércitos se enfrentaron tenazmente; pero los nórdicos liderados por Canuto superaron la barrera de los sajones haciéndoles perder terreno y ocasionándoles numerosas bajas entre soldados y miembros de la nobleza. El resto del ejército sajón huiría del campo de batalla.

Según las crónicas, Eadric, que acompañaba al contingente de Edmundo, había abandonado el terreno de la batalla con sus fuerzas durante la lucha, alentando a otros nobles a huir de la contienda, dejando en desventaja al resto del ejército de Edmundo. Algunos historiadores piensan que Eadric entrevió el desenlace de la batalla a favor de la apabullante fuerza del ejército de Canuto, mientras que otros refieren la posibilidad de una traición de Eadric trabajando para Canuto secretamente promoviendo la deserción entre los últimos sajones defensores de Inglaterra y favoreciendo así a los nórdicos.

La Batalla de Assandun resultó en una victoria rotunda de los escandinavos en Inglaterra y obligó a Edmundo, sin mayores fuerzas para combatir, a firmar un tratado de paz con Canuto posteriormente. En el tratado se estipulaba que Edmundo cedía toda Inglaterra al dominio de Canuto a excepción de Wessex donde Brazo de Hierro reinaría y que, a la muerte de cualquiera de ambos, el otro sería rey absoluto de Inglaterra, así como el hijo de este su legítimo sucesor.

Hacia noviembre de 1016 d.C. Edmundo fallecería en Oxford por causas naturales; pero otras fuentes señalan que sería asesinado por un esbirro de Eadric, sino acaso por órdenes de Canuto, posiblemente por motivaciones del mismo Eadric para ganarse la confianza del nuevo rey nórdico y conservar sus posesiones y su título de noble. Eadric retornaría a servir a Canuto.

Con la muerte de Edmundo, Canuto se convirtió en el rey absoluto de Inglaterra sin oposición y con una resistencia inglesa agotada, mermada y sin liderazgo. Londres a su vez se había rendido ante Canuto quien elegiría esta ciudad como lugar de su coronación. Emma y sus hijos, Eduardo y Alfredo, vástagos del difunto Etelredo, estaban exiliados en Normandía. Eadric sugirió a Canuto que matara a los hijos de Edmundo Brazo de Hierro: Eduardo el Exiliado y Edmundo; pero Canuto los envió al exilio a Suecia, desde donde pasarían a Kiev y terminarían viviendo en Hungría.

Hacia el año 1017 d.C. Canuto estaba seguro en el trono de Inglaterra. Recompensó a muchos de sus hombres por sus servicios prestados en la guerra por la corona inglesa, entre estos a Thorkell El Alto dándole el mando de East Anglia. La recompensa para muchos comandantes fue el reparto de tierras y títulos. No obstante, muchos guerreros seguidores de Canuto desde Escandinavia eran mercenarios y al terminar la campaña volvieron al norte de Europa.

Al mismo tiempo Canuto ejecutó a varios nobles ingleses. Ese mismo año de 1017 Canuto mandó a llamar a Eadric a Londres donde públicamente los degradó de sus cargos y ordenó su ejecución decapitándolo como escarmiento general para que sus soldados y nobles a su servicio y todo el reino, entre sajones y daneses, supieran el destino de los traidores de un rey; ya que tanto escandinavos como ingleses sabían del comportamiento traicionero y vil de Eadric durante el período de guerra.

Durante su reinado, Canuto mantuvo el impuesto del Heregeld, hizo pocos cambios en la administración sajona y proporcionó seguridad para sajones y daneses, negoció además una alianza con Ricardo de Normandía consiguiendo que casarse con Emma, viuda de Etelredo, muy posiblemente para evitar que los hijos del difunto Etelredo buscaran reclamar el trono en el futuro y conseguir la experiencia de Emma como antigua reina de Inglaterra y baluarte de los sajones.

Para 1018 el hermano de Canuto, Harald, fallecería en Escandinavia. Canuto reclamó el trono danés convirtiéndose en rey de un nuevo reino conformado por: Inglaterra, Noruega y Dinamarca.

Canuto pasaría a la historia como un jefe escandinavo que había conquistado Inglaterra como un vikingo; pero que había reinado como rey cristiano, colocando a Escandinavia a la altura del mundo Medieval ya que defendió a Inglaterra, promulgó leyes, apoyó a la Iglesia y en 1027 d.C. viajaría a Roma para participar de la coronación del Emperador Conrado II del Sacro Imperio Romano Germánico.

La Situación de los Vikingos en Inglaterra y la invasión escandinava.

Se tiene el conocimiento que las incursiones vikingas iniciaron oficialmente sobre Inglaterra a partir del ataque al Monasterio de Lindisfarne en el año 793 d.C. y el ataque de Portland (Dorset) en 789 d.C. previamente. Si bien las depredadoras expediciones vikingas se extendieron por Europa tuvieron un punto álgido en la Normandía francesa y en Britania, donde la presencia nórdica fue contundente para la conquista y formación de reinos de orígenes escandinavos. Regiones como el norte de Alemania, España, en su parte cristiana y musulmana, o el Imperio Bizantino lograron rechazar en gran medida el avance nórdico, especialmente en Bizancio donde los nórdicos tuvieron que convertirse en mercenarios al servicio de la corona reinante.

Los vikingos realizaban sus expediciones de asalto por medio de sus barcos drakkar y aunque se sabe que su accionar eran un ataque rápido o strandhögg en poblaciones costeras o en aquellas ubicadas en los márgenes de los ríos tierra adentro, lo cierto es que los escandinavos no solo se limitaron a este tipo de asaltos y las batallas navales, sino a organizar ejércitos en campañas de guerra y conquista.

Aunque los barcos han sido parte característica de la cultura vikinga, la gran mayoría de escandinavos eran granjeros o soldados a medio tiempo, es decir, podían ser parte de expediciones vikingas o participar en un conflicto bélico en campañas de guerra cuando no estaban ocupados en tareas agrícolas, sin carecer y desconocer de habilidades de combate. Solo un porcentaje menor eran soldados a tiempo completo dedicados al oficio de las armas. Muchos de estos guerreros nórdicos no eran marineros o no ejercían la actividad del víkinger, es decir, no se dedicaban al oficio de piratería o asalto a poblaciones costeras. Muchos de estos guerreros, especialmente a partir del siglo IX d.C., en realidad se embarcaban en expediciones en barcos vikingos, formando parte de una tripulación, en busca de tierras para conquistar y asentarse para establecer granjas y cultivar la tierra para vivir de ella, mientras que otros buscaban botín para enriquecerse y retornar a Escandinavia. Algunos nórdicos se dedicaban al oficio del comercio y buscaban rutas comerciales que resultaban a su vez ser de exploración, actuando al mismo tiempo como espías y atacar centros comerciales vulnerables posteriormente. En este aspecto la captura y venta de esclavos fue una actividad lucrativa de los nórdicos en sus incursiones. La conquista y formación del Danelaw en el siglo IX en Inglaterra es prueba de ello; así como la Normandía francesa.

Es difícil determinar, en el caso de la invasión de los nórdicos a Inglaterra, el número exacto de soldados vikingos o expedicionarios que formaron parte de un contingente quienes estuvieron a punto de conquistar Inglaterra; aunque por lo general las cifras del Gran Ejército Pagano oscilan entre los 3,000 a 5,000 efectivos sin contar las familias, sirvientes y esclavos acompañantes.

Los cronistas ingleses solían describir el número de efectivos vikingos según el número de sus barcos en los que llegaban. Los historiadores afirman que desde el 840 d.C. el número de barcos vikingos que emprendían asaltos en Inglaterra fueron de 30 a 100 y hasta más de 300 navíos escandinavos. Esta teoría plantea más interrogantes ya que se desconoce el tipo de barcos utilizados por los nórdicos en sus incursiones; aunque se ha planteado el uso común del drakkar cuyo tamaño y capacidad de carga podría variar en ciertas situaciones. A esto se agrega que en las invasiones sobre Inglaterra los ejércitos vikingos estuvieron acompañados de familias y material bélico, así como el caso del traslado de caballos y pertrechos de guerra. Esto haría que la capacidad del transporte de efectivos de un barco podría reducirse en cierta medida.

También la función de los barcos podría variar según el deceso de los vikingos en batalla, el botín obtenido, los prisioneros capturados que terminarían siendo esclavos a los cuáles habría que transportar ocasionando variabilidad en cuanto el número exacto de invasores vikingos.

El ejército vikingo que invadió Inglaterra, y en otros lugares de Europa, no tenía una estructura jerárquica con un líder supremo.

La unidad básica del ejército vikingo era el Hird, siendo el contingente personal de un caudillo vikingo, jefe o jarl (miembro de la nobleza, conde o señor de un territorio).  El número de efectivos de un Hird variaba según la capacidad económica del noble y su liderazgo, esto último se traducía en que tan efectivo era el jefe vikingo para lograr objetivos como la conquista o conseguir un botín.

Los guerreros del Hird formaban el Félag o juramento de grupo, en el cuál consistía en jurar lealtad a su líder y al grupo que incluía la disciplina en batalla.

El Félag estaba condicionado de forma individual por el honor y la lealtad de un guerrero nórdico en la sociedad escandinava. Un guerrero nórdico debía luchar sin mostrar debilidad y no abandonar a sus compañeros del Hird. Abandonar al grupo de combate y mostrar debilidad eran sinónimo de traición por lo que un guerrero parte del Hird podía perder su honor y ser considerado como niding (proscrito) perdiendo sus derechos en la sociedad escandinava.

De tal forma que un guerrero o granjero escandinavo que deseaba buscar fortuna en una expedición vikinga más allá del mar conocido debía jurar lealtad a un señor y ser parte del Hird, implicando someterse a obedecer su mandato y seguirlo como jefe.

A su vez, el líder del Félag, noble o caudillo vikingo, tenía la obligación de guiar a su grupo de vikingos a conseguir botín, riquezas, proporcionar recompensas y, como objetivo deseado, el obtener tierras.

El juramento del Félag era limitado a cierto período de tiempo o una expedición determinada. Si el líder proporcionaba los objetivos deseados, los voluntarios vikingos podían seguirle otro lapso de tiempo u otra campaña; de lo contrario, si no conseguían un botín, podían buscar otro señor a quien seguir y servir al terminar su período de servicio.

Los ejércitos vikingos que invadieron Inglaterra estaban conformados por numerosos Hird con un objetivo en común. La toma de las decisiones era en consenso, es decir, en un determinado grupo que tomaba las decisiones. Generalmente se elegía como jefe del ejército al jefe vikingo más victorioso, el más experimentado o el de mayor rango en la nobleza.

Finalizada la campaña, el ejército se dividía en cada Hird para colonizar un lugar, retornar a Escandinavia o lugar de origen, unirse al ejército a una nueva campaña o realizar alguna expedición por su cuenta.

Los jefes del Ejército Danés eran en realidad una alianza de reyes o jarls, considerados en mayor consenso por los historiadores de origen danés. Se ha teorizado que estos jefes no tenían tierras por lo que entre sus objetivos de ataque a Inglaterra estaban el conseguir un reino donde asentarse siendo el motivo principal de las invasiones a Inglaterra.

Los Hijos de Ragnar Lothbrok y la invasión de Inglaterra.

Por los datos historiográficos se sabe que los líderes de la invasión vikinga a Inglaterra eran: Ivar, Halfdan y Ubba.

Ivar y Halfdan eran hermanos. Ubba pudo ser pariente de los mismos. Las fuentes inglesas y contemporáneas no dicen algo claro al respecto de estos líderes vikingos en cuanto a sus orígenes. Las fuentes islandesas y danesas de los siglos XIII y XIV identifican a estos líderes como los hijos del mítico vikingo Ragnar Lothbrok (Calzones Peludos): Ivar “el deshuesado”, Halfdan Ragnarsson, y Ubba, este último aparentemente hijo de una concubina de Lothbrok, y cuyas motivaciones de conquista de los hermanos era el vengar la muerte de su padre a manos del rey Aella de Northumbria cuando Ragnar cayó prisionero en una expedición vikinga fallida en la isla Británica. Aella ejecutaría a Ragnar Lothbrok arrojándolo a un pozo de serpientes venenosas según las crónicas. Ragnar, en su suplicio, exclamaría “que sus hijos le vengarían”, lo cual podría ser interpretado por los historiadores como un hecho demasiado ajustado o demasiado conveniente para justificar una invasión vikinga entera desde Escandinavia, cuando la verdadera motivación de las expediciones vikingas, entre variadas causas, eran el saqueo y la búsqueda de nuevas tierras para establecerse.

La existencia de Ragnar pueden ser real, visto como un personaje tergiversado siendo considerado con cautela por la Historia, ya que la vida, obra o hazañas de personajes como Ragnar Lothbrok y sus hijos vikingos están bajo el manto de las leyendas posteriores que rayan la inverosímil en ciertas ocasiones, de tal forma que resulta difícil separar los hechos reales de la ficción según las fuentes escritas. Ragnar ganó el sobrenombre de «Lothbrok» o «calzones peludos» al protegerse con calzas afelpadas para matar dos “enormes dragones” o “serpientes venenosas” que devastaban toda Suecia. Por otro lado, sus actividades vikingas resultan improbables puesto que cometió saqueos por “todas partes”: Britania, Irlanda, Francia, Italia, las costas del Mediterráneo, el Imperio Bizantino, Rusia y el Ártico y parte de sus vivencias son demasiado pintorescas en las sagas nórdicas.

Ivar, Halfdan y Ubba, si no eran acaso los hijos de Ragnar Lothbrok, pudieron ser jefes vikingos, tal vez con cierto parentesco entre sí, cuyos nombres eran casualmente similares a los míticos vástagos del legendario Ragnar Lothbrok registrados en la invasión nórdica a Inglaterra; vikingos que buscaban nuevas tierras o riquezas lejos de Escandinavia o jefes vikingos que tomaron el nombre de Ivar, Halfdan y Ubba para hacerse de una reputación y conseguir que clanes vikingos les siguieran.  

Es posible la existencia de personajes como Ragnar y sus hijos como jefes locales que realizaron expediciones legendarias pero que sus hazañas fueron tergiversadas por los bardos y engrandecidas durante su vida para agenciarse un nombre y reputación o fueron mitificadas a su muerte. Los mismos bardos recibían compensación económica de parte de los caudillos o jarls para que por medio de sus cantos engrandecieran sus aventuras con el fin de ganar reputación entre sus seguidores. En la sociedad nórdica, entre los nobles y reyes guerreros, la reputación tenía gran importancia; ya que solo así podían hacerse de fama y obtener seguidores para sus expediciones y las consecuentes riquezas, pues la reputación y la fama es lo que precede a un hombre cuando muere.

Separando los hechos históricos de la ficción, puede considerarse oficialmente que los hijos de Ragnar invadieron Inglaterra uniendo a diversos clanes escandinavos. 

Bibliografía:

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