El Imperio Carolingio.

El Imperio Carolingio fue un vasto reino medieval en Europa Occidental y Central que surgió entre los siglos VIII d.C. y IX d.C., cuyo origen estuvo a cargo de la dinastía Carolingia, siendo su máximo representante la figura de Carlomagno como autoridad suprema, convirtiéndose en el Rey de los francos desde el 768 d.C. y emperador del Sacro Imperio Romano desde el año 800 d.C.

La importancia del Imperio Carolingio fue enorme, tanto política como culturalmente; ya que constituyó una monarquía medieval centralizada que abarcó territorios de lo que hoy es: Francia, Alemania, Suiza, Países Bajos, Bélgica, Austria y partes de Italia y España, impulsando una renovación cultural y educativa, fortaleciendo la alianza con la Iglesia Católica y Apostólica Romana consolidando el Cristianismo como religión oficial de Occidente, la instauración de una administración centralizada apoyándose en condes, duques y marqueses con el establecimiento de un servicio militar a cambio de beneficios que fijó las bases del Feudalismo y cuya expansión por medio de campañas militares exitosas contra grupos y reinos como: los lombardos, sajones, ávaros y musulmanes en la península ibérica, condujo al fortalecimiento de la identidad cultural y política de Europa.

El Imperio Carolingio marcó el inicio de la Edad Media europea, dejando un legado duradero en la organización política de Occidente, la cultura de Europa y la relación entre la Iglesia y el Estado.

La fundación de este Imperio sucedió en gran medida por la actividad de figuras medievales como Carlos Martel y Pipino III “El Breve” que abrieron el camino para establecer la autoridad de Carlomagno y la fundación del Imperio Carolingio. Sin embargo, contribuyó a la creación de este Imperio una serie de sucesos en Europa tras la caída del Imperio Romano de Occidente, con el ascenso de los pueblos germánicos, el establecimiento de la dinastía de los Merovingios y la relación entre la Iglesia y los reinos bárbaros nacientes cuyos acontecimientos determinarían el surgimiento del Imperio Carolingio.

La Galia tras la caída del Imperio Romano de Occidente. Los Merovingios.

Hacia finales del siglo V d.C., tras la caída del Imperio Romano de Occidente, la Galia está dividida entre varios pueblos bárbaros, los cuáles mantienen sus reinos que luchan unos con otros para establecer su dominio y mantener sus influencias. La Galia o Gallia era el nombre que los romanos otorgaron a la región de la Europa Occidental, actualmente conformada por los países de: Francia, Bélgica, Países Bajos, el oeste de Suiza, el norte de Italia y zonas del oeste de Alemania. Entre los reinos bárbaros en esta región estaban: el de los francos, establecidos en el noreste de la Galia, los burgundios establecidos hacia el sureste de la actual Francia y los visigodos y ostrogodos en el sur. Junto a estos territorios se encontraba hacia el oeste de la Galia: el reino de Soissons, último reducto del Imperio Romano de Occidente reinado por Flavio Siagro, conocido por los germanos como “Rey de Romanos”.

La caída del Imperio Romano de Occidente fue un proceso largo y complejo debido a una crisis política y una corrupción administrativa generalizada al interior del aparato estatal romano, que condujo a una inestabilidad social con la consecuencia de una debilidad militar donde las legiones romanas dependía cada vez más de mercenarios germanos extranjeros, así como por causa de problemas económicos como: la inflación, la presión fiscal excesiva junto al colapso del comercio que afectaron gravemente la economía del Imperio. Como consecuencia a la crisis política y la corrupción generalizada en la administración romana, sobrevino la invasión de los pueblos bárbaros como: visigodos, ostrogodos, vándalos y hunos que saquearon y establecieron sus propios reinos. La caída del Imperio Romano de Occidente tuvo su desenlace en el año 476 d.C., cuando el jefe germano Odoacro depuso al último emperador romano: Rómulo Augústulo, y proclamándose rey de Italia.

La Batalla de los Campos Cataláunicos, librada el 20 de junio del 451 d.C., enfrentó a las fuerzas de los bárbaros hunos dirigidos por Atila “El Azote de Dios” junto a otros pueblos germánicos sometidos contra un ejército combinado de legiones romanas dirigidas por el general romano Flavio Aecio en alianza con las milicias del rey Visigodo Teodorico I. La victoria la obtuvo el bando romano junto a los visigodos, logrando frenar el avance de los hunos otorgando un respiro al ya decadente Imperio Romano de Occidente frente a una fuerza que parecía imparable y que había puesto a Roma al borde del abismo. Sin embargo, el peso de la victoria recayó realmente en los pueblos bárbaros visigodos. La Batalla de los Campos Cataláunicos repercutió en la consolidación del creciente poder e influencia de los reinos germánicos como: los visigodos, alanos y otros pueblos bávaros que lucharon junto a Roma, los cuáles salieron fortalecidos, llevándolos a ser potencias regionales independientes. La batalla representó el ocaso del poder romano y el surgimiento de una Europa fragmentada donde los antiguos pueblos bárbaros comenzarían a formar los reinos medievales.

Meroveo, quien luchó contra Atila en la Batalla de los Campos Cataláunicos, fue el rey de los francos Salios ó Salianos, un clan germano romanizado, quienes habían ingresado con sus huestes en la Galia dominando a su paso a las tribus asentadas y conquistado hacia el año 440 d.C. los territorios del noroeste de la actual Alemania, Bélgica y Países Bajos; hecho que dio inicio a la dinastía de los reyes Merovingi (hijos de Meroveo) o «Merovingios».

Meroveo fallece aproximadamente en el 458 d.C., sucediéndole su hijo Childerico I quien tras una vida de campañas militares fallece en 481 d.C. dejando el reino franco del norte a su hijo Clodoveo I. En el año 481 d.C. Clodoveo I toma la corona continuando la dinastía de los reyes Merovingios iniciada por su abuelo Meroveo.

Como nuevo rey, Clodoveo inicia una expansión de su territorio en toda la Galia por medio de conquistas militares gracias a toda una serie de alianzas con otros pueblos locales. En el año de 486 d.C. las tropas de Clodoveo I se enfrentan al Reino de Flavio Siagro en La Batalla de Soissons, donde el ejército de Clodoveo consigue derrotar al último reducto del Imperio Romano sobreviviente, lo que le permite el control de una enorme región de la Galia, consiguiendo además el apoyo de los habitantes galoromanos y la Iglesia Católica Romana, permitiendo la unificación de todos los francos.

Remigio, Obispo de la ciudad de Reims dentro del extinto Reino de Siagro, se convierte en consejero de Clodoveo logrando que el rey consiga matrimonio en el año 492 d.C. con la princesa católica Clotilde; a pesar que Clodoveo profesaba el paganismo germánico en una sociedad galo-germánica conformada ahora por un conjunto de cristianos, paganos y bárbaros arrianos en el sur. En su expansión hacia el año 496 d.C. el ejército de Clodoveo I se enfrenta a la tribu germana de los Alamanes en la “Batalla de Tolbiac”, donde según las crónicas, buscando un milagro frente a los germanos que lo superaban en número, Clodoveo por consejo de su esposa Clotilde ora a Cristo implorando poder ganar la batalla. Clodoveo consigue la victoria en la contienda, hecho que le hace creer en la religión Apostólica romana y aceptar el bautismo católico ese mismo año.

En el 507 d.C. Clodoveo lanza una ofensiva hacia el sur derrotando a los visigodos que profesaban el Arrianismo, donde el mismo Clodoveo mata al rey visigodo Alarico II en una lucha cuerpo a cuerpo en el campo de batalla y conquista la capital visigoda de Tolosa, obligando a los visigodos a refugiarse en la península ibérica, logrando así el dominio de gran parte de la Galia Occidental y central, estableciendo París como la capital de su reino y erigiendo el reino Franco; un reino que abarcó gran parte de la Francia moderna, parte de Alemania actual, lo que sentaría las bases del futuro Imperio Carolingio.

A su muerte en el año 511 d.C. Clodoveo hereda la totalidad de su territorio a sus 4 hijos, Teodorico I, engendrado con una primera esposa pagana previamente a su conversión cristiana, y sus otros tres hijos engendrados con su esposa cristiana Clotilde: Childeberto, Clodomiro y Clotario. Esta heredad de territorios provocó la división del reino franco: Teodorico I, recibió la parte oriental del reino, hacia el noreste con Reims como su capital, siendo el Reino de Reims, o Reino de Metz, territorio que generaría a futuro: el reino de Austrasia junto a territorios germánicos. Además recibió la región de Champaña del sur de la actual Francia; por lo que heredó la mayor parte del reino de su padre Clodoveo. Clodomiro I: se convertiría en rey de Orleans, controlando regiones como Tours y Poitiers, siendo el Reino de Orleans. En el sureste el reino de Clodomiro limitaba con la antigua región del reino de Borgoña. Childeberto I, recibió como herencia la ciudad de París y el Reino de París, heredando de su padre Clodoveo el dominio sobre el norte y oeste de la Galia, que a futuro originaría el reino de Neustria. Clotario I quien recibió como herencia la ciudad de Soissons, y por lo tanto el Reino de Soissons hacia el norte; además de heredar territorios añadidos en el sur de la Francia actual de Aquitania. Esta última región más tarde adquiriría identidad propia siendo el ducado de Aquitania. Estos 4 reinos fueron clave en la evolución de la dinastía de los Merovingios base para la consolidación del Imperio Carolingio.

Clodomiro I, rey de Orleans, junto con sus hermanos Childeberto I y Clotario I, invaden en el año 523 d.C. el reino pagano de Burgundia, reino aledaño a los dominios de los Merovingios, originando: las Guerras Burgundias entre 523 y 524 d.C. Esta guerra fue por instancias de Clotilde, esposa del difunto Clodoveo y madre de los tres nuevos reyes francos: Clodomiro, Childeberto y Clotario. El padre de Clotilde era Chilperico II, rey de los Burgundios, quien fue asesinado por su hermano Gundobaldo y tomando la corona de Burgundia. Clotilde en el exilio, casada con Clodoveo, deseó recuperar los territorios de su padre; Clodoveo atacó el reino sin logros definitivos; por lo que Clotilde tras el fallecimiento de su esposo instó a sus hijos a conquistar el territorio que por herencia le pertenecía, regido en ese tiempo por Segismundo, hijo de Gundobaldo quien había muerto en el 516 d.C. Teodorico I no se unió a la guerra; ya que estaba casado con una hija de Segismundo.

Los tres hermanos avanzan en una campaña de guerra sobre el reino Burgundio y derrotan al rey Segismundo apoderándose de su reino. Acabada la expedición Segismundo y su familia son hechos cautivos y posteriormente ejecutados en Orleans. Los tres hermanos al retornar a sus reinos dejan una guarnición militar en Burgundia. No obstante, Gundemaro III, hermano de Segismundo, retorna a recuperar el reino de su difunto hermano junto a un ejército proporcionado por Teodorico el Grande, rey de los Ostrogodos, que en aquel tiempo gobernaba gran parte del Antiguo Imperio Romano de Occidente, que incluía: Italia, parte de la península Balcánica, la región de Septimania en el sur de la Francia actual e Hispania. Gundemaro III, logra derrotar a la guarnición dejada por los tres hermanos francos recuperando el reino de Burgundia. Los tres hermanos, ante el hecho, realizan una nueva expedición para atacar a Gundemaro III, a la que se uniría su hermano: Teodorico I, desarrollándose la Batalla de Vézeronce en 524 d.C. En esta batalla Clodomiro I pierde la vida. El resultado de la batalla es desconocido; ya que algunos historiadores contemporáneos de la época señalan que fueron los francos los victoriosos, mientras que otros señalan a los burgundios como los ganadores. Gondioque, esposa del difunto Clodomiro I, tomó nupcias con su cuñado Clotario I. Este y su hermano Childeberto I, ante la situación, para evitar disputas sucesorias y en un afán de expansión, ejecutan a los hijos de Clodomiro I: Teodobaldo y Gunthar de 10 y 9 años respectivamente; excepto a Clodoaldo de 7 años, quien huye, renuncia a sus derechos sucesorios y termina como monje siendo conocido como San Clodoaldo.

En el año 532 d.C. los hijos de Clodoveo: Clotario y Childeberto forman una alianza contra el reino burgundio del rey Gundemaro III, derrotándolo en la Batalla de Autun de 532 d.C. y anexionándose el territorio; hecho en parte debido a la muerte de Teodorico el Grande previamente hacia el 526 d.C. y el consecuente debilitamiento y abandono de los ostrogodos de Burgundia. Teodorico I gobernó hasta el año 534 d.C., expandiendo su reino hacia el este; pero a su muerte, su hijo Teodoberto heredó el reino, pero fue sucedido por Clotario I en el 555 d.C. Childeberto I por su lado participó en varias campañas militares, incluyendo incursiones en España; sin embargo, al no tener hijos adoptó a su sobrino Teodoberto, rey de Reims, como su heredero. Childeberto murió sin hijos en el año 558 d.C., dejando su reino a Teodoberto; pero éste muere en 548 d.C. sucediéndole su hijo Teodebaldo I quien tras una larga enfermedad falleció en 555 d.C. sin herederos; lo que permitió a Clotario I anexar todo su reino y convirtiéndose en el nuevo monarca indiscutible de todo el reino franco.

Las Guerras fratricidas entre Austrasia y Neustria.

Clotario fallece en el año 561 d.C. dejando como herederos a sus cuatro hijos: Cariberto I, recibió Neustria con París como su capital; Gontrán I, heredó Borgoña; Sigeberto I, recibió Austrasia con capital en Metz; y Chilperico I, heredó Soissons. La nueva división generó conflictos entre los hermanos desatando una serie de guerras por el control de la región y la expansión territorial apoyados por los nobles locales. La rivalidad más feroz aconteció entre los reinos de Soissons y Austrasia. Chilperico intentó expandir su dominio sobre Austrasia, gobernada por Sigeberto I, lo que llevó a una guerra abierta. Cariberto I, rey de Neustria, muere en 567 d.C., y sus territorios fueron repartidos entre sus hermanos, aumentando las tensiones.

Atanagildo, rey de los visigodos en Hispania con su capital en Toledo, casa a sus dos hijas: Brunegilda y Galsuinda con los reyes Sigeberto I de Austrasia y con Chilperico I de Neustria respectivamente, mejorando la relación entre visigodos y francos; pero Chilperico mantenía una amante: Fredegunda, lo que hizo que el matrimonio entre Chilperico y Galsuinda fracasara. Esta última quiso retornar al reino visigodo de su padre; pero éste muere, lo que hace que Galsuinda pierda apoyo político y es asesinada por estrangulamiento cuando dormía en su cama en 567 d.C.; hecho atribuido a una orden de Fredegunda. Tiempo después Chilperico toma a Fredegunda como su nueva y legítima esposa. Brunegilda, indignada por la muerte de su hermana, genera un odio hacia Chilperico y Fredegunda que se tornará en un conflicto con una rivalidad entre Sigeberto y Chilperico en busca de compensación por la muerte de la princesa visigoda. El rey Gontrán I de Borgoña intentó mediar en el conflicto entre sus hermanos, al igual que el obispo de París San Germán y un consejo de nobles. Se logró que Chilperico entregara como compensación a Brunegilda varias ciudades de Neustria; pero las hostilidades continuaron. En el año 575 d.C. Chilperico de Neustria inicia una serie de campañas de guerra para recuperar las ciudades entregadas, desatando un conflicto armado entre ambos reinos de Austrasia y Neustria.

Sigeberto I de Austrasia logró derrotar a Chilperico ese mismo año de 575 d.C. tomando el reino de Neustria; pero fue asesinado poco después por dos sicarios enviados por Fredegunda; permitiendo a Chilperico recuperar el poder de Neustria. Childeberto II, hijo de Sigeberto I de 5 años de edad, sucedería a su padre asesinado como nuevo rey de Austrasia y su madre Brunegilda queda como la regente de Austrasia. Gontrán I, rey de Borgoña, intentó estabilizar el reino y mediar en las disputas, aunque con éxito limitado y terminó por adoptar a Childeberto II que se convertiría en su heredero. Brunegilda por su lado impuso su autoridad en la corona de Austrasia organizando la construcción de iglesias, castillos y reparando caminos, ordenando las finanzas y reorganizando el ejército; sin embargo, estos gastos afectaron a los nobles quienes mostraron descontento con Brunegilda.

A su vez el gobierno de Chilperico en Neustria fue tiránico, fijó impuestos elevados y trató de influir en los asuntos religiosos. Chilperico I fue asesinado tras una cacería en 584 d.C. Algunas fuentes señalan como responsables del asesinato a su misma esposa Fredegunda y otras a Brunegilda. Chilperico deja a su hijo Clotario II como heredero, siendo un niño, bajo la tutela de su esposa Fredegunda como regente del reino junto al rey Gontrán I de Borgoña. Gontrán como mediador al adoptar a Childeberto II y actuar como co-regente de Clotario II actuaba a su vez como pacificador, según historiadores, para evitar que cualquiera de ambos reinos se impusiera sobre el otro y tornarse más fuerte, intentando equilibrar la balanza de los reinos francos. Gontrán I fallece por enfermedad en el año 593 d.C. A pesar que Gontrán tuvo dos esposas y una concubina en su vida engendrando con ellas varios hijos, éstos últimos no sobrevivieron; por lo que Gontrán, sin descendencia, dejó como heredero de Borgoña a Childeberto II, siendo también el rey de Austrasia; la regencia de Neustria quedó repartida en Fredegunda, el consejo de nobles de Neustria y el Mayordomo del Palacio o maior domus, término que significa: «el más importante de los servidores de la casa» siendo el intendente del rey.

Entre los nobles francos comienzan a existir líderes que destacaron en diversos aspectos como la dirección del ejército y la defensa del territorio, adquiriendo el apelativo de: maior domus o “mayordomos reales”, siendo los principales intendentes de los reyes merovingios en su corte real y cuyos cargos se fueron volviendo hereditarios, teniendo como funciones primordiales la defensa y organización del palacio y del ejército en nombre de los monarcas.

En un principio entre los reyes francos los mayordomos eran encargados de la gestión y vigilancia guerrera de los dominios reales; pero poco a poco obtendrían mayores cargos abarcando el terreno político como: ser «Representantes del Rey». Estos mayordomos tendrían un papel relevante en la política de los reinos medievales francos.

Fredegunda, como regente, ordenó el asesinato de múltiples opositores nobles y clérigos tras la muerte de su esposo, manteniendo el control de Soissons y parte de Neustria con tácticas despiadadas valiéndose de sicarios a sueldo, la conspiración y el envenenamiento de sus rivales para ejecutar sus planes. Buscando previamente un heredero quedó embrazada en varias ocasiones; pero sus hijos fallecían a edad muy temprana por las tan comunes enfermedades infecciosas de la infancia de la época, por lo que al buscar responsables mandó a quemar en la hoguera a múltiples mujeres acusadas de brujería como las supuestas causantes de su desgracia hasta que dio a luz a Clotario II quien sobrevivió la infancia; no obstante, debido a sus asesinatos constantes de personajes importantes, según algunas fuentes, Fredegunda fue considerada por la sociedad franca como una bruja. Intentó en varias ocasiones asesinar a Brunegilda y a Childeberto II; pero los asesinos fallaban en el intento o eran capturados y ejecutados. En las ciudades capturadas por su ejército, Fredegunda ordenaba hacer esclavos a sus habitantes. Fredegunda murió en el año 597 d.C. por disentería y su hijo Clotario II, quien subió al trono de Neustria desde el 584 d.C. mantuvo una guerra con Austrasia hasta acabar con la ejecución de Brunegilda en 613 d.C.

Childeberto II, rey de Austrasia y Borgoña, fallece en 595 d.C. supuestamente envenenado, y deja en herencia a sus dos hijos: Teodeberto II, recibiendo Austrasia bajo la regencia de su abuela Brunegilda; y Teodorico II, heredando Borgoña. Clotario II de Neustria inició una guerra contra ambos al intentar invadir Austrasia y Borgoña inicialmente sin éxito. Ambos hermanos con sus ejércitos derrotarían a Clotario II en varias batallas, especialmente en la Batalla de Dormelles del 600 d.C. y Étampes 604 d.C. En esta última lucha campal, Clotario II es acorralado por Teodorico II; pero lo nobleza de Austrasia obliga a Teodorico a firmar con Clotario un tratado de paz a cambio de ceder territorios; hecho que revela el peso de la influencia de los nobles en ciertas decisiones de los reyes. Los nobles de Austrasia a su vez expulsan del reino a Brunegilda, debido a su enorme influencia; por lo que ésta se refugia en Borgoña al amparo de su nieto Teodorico II. Las relaciones entre ambos hermanos: Teodeberto de Austrasia y Teodorico de Borgoña se deterioran, influenciados el primero por la nobleza franca, y el segundo por su abuela Brunegilda, siendo la causa la apropiación de nuevos territorios en la ambición de los nobles de ambos reinos.

Ambos hermanos hacen la guerra aconteciendo la batalla de Tolbiac en el año 612 d.C. entre Austrasia y Borgoña. Teodorico II reúne una enorme hueste incluyendo sajones del este de Europa e invade Austrasia, derrotando inicialmente a un ejército de Austrasia y luego derrotando al ejército de Teodeberto II cerca del poblado de Tolbiac, donde este último es apresado junto a su hijo Meroveo. Ambos, Teodeberto II y su hijo Meroveo, son posteriormente recluidos a un monasterio ese mismo año de 612 d.C. donde fallecen; según algunas fuentes, por Brunegilda que ordena su asesinato. Este hecho hizo de Teodorico II el rey indiscutible de Borgoña y Austrasia. Al poco tiempo de tomar el reino Teodorico II fallece de disentería en el año 613 d.C. Brunegilda, sin su nieto, buscó ser la soberana de Borgoña y Austrasia al ser la regente de su bisnieto Sigeberto II, hijo bastardo del difunto Teodorico II. Sin embargo, la nobleza de Borgoña representada por el mayordomo: Warnacario y la nobleza de Austrasia, representada por el mayordomo: Pipino de Landen o Pipino el Viejo, se oponen rotundamente; al igual que el obispo: Arnulfo de Metz (San Arnulfo).

Clotario II de Neustria aprovecha la situación; ya que según las crónicas Clotario II, con pocos efectivos para enfrentarse a Austrasia y Borgoña, pactó con Warnacario, Pipino de Landen y San Arnulfo para que traicionen a Brunegilda y sus bisnietos, prometiéndoles a cambio de ser reconocido como rey de todos los francos la independencia de la nobleza y la independencia del clero frente al poder de la monarquía. Los mayordomos, la nobleza y el clero aceptan, traicionan a Brunegilda y Clotario se convierte en rey de todos los francos. Brunegilda, viéndose sin aliados, huye de Borgoña pero es apresada y entregada a Clotario II. Este ejecuta a dos de los cuatro hijos del difunto Teodorico II, a un tercero lo recluye de por vida a un monasterio; un cuarto, llamado Childeberto, logra escapar y nunca se sabe más de él. Luego ejecuta a Brunegilda en 613 d.C., según unas fuentes atada y arrastrada por un caballo hasta su muerte; según otras desmembrada al ser atada a cuatro caballos que tiran de sus extremidades.

La ejecución de Brunegilda, como venganza por parte de Clotario II, dejó en evidencia el poder que la nobleza ejercía a esas alturas sobre los reyes merovingios; y principalmente el ascenso del poder de los mayordomos reales, quienes pasaron de ser administradores del ejército y los palacios a convertirse en representantes de los reyes, lo que equivaldría a ser: “sustitutos” de los monarcas. Warnacario se convirtió en el “mayordomo real de por vida” de Clotario II junto al ascenso de Pipino de Landen quien daría inicio al clan de los Pipínidas que a su vez daría origen a la familia Carolingia. Algunos historiadores opinan que el pacto de Clotario II con los nobles francos, lejos de aumentar el poder de los reyes, resultó en el inicio de la caída de la dinastía de los Merovingios cediendo poder ante la nobleza.

Clotario II gobernó un reino unificado y pacificado; pero con evidentes rivalidades por el poder entre los nobles. Clotario II tomó nupcias con Hadeltrude, nueva reina del reino franco, con quien engendran a Dagoberto I quien sucede a su padre Clotario cuando muere en el 623 d.C. También Clotario II tuvo una esposa secundaria llamada: Sichilda, con quien engendraría a Cariberto II, hermanastro de Dagoberto I.

Dagoberto I, presionado por los nobles y para evitar una crisis sucesoria, crea el reino de Aquitania para su hermanastro Cariberto II, con la condición que este último renuncie a las pretensiones del trono del reino Franco. Cariberto acepta y se convierte en rey del antiguo condado de Aquitania, luchando contra los vascones del sur. Sin embargo, fallece en 632 d.C. Según algunos historiadores, asesinado por su medio hermano Dagoberto I, quien también mandó a asesinar a Childerico I, hijo de Cariberto, ese mismo año de 632 d.C. Dagoberto intenta apoderarse del condado de Aquitania; pero los nobles se rebelan y escogen como rey a Boggis, otro hijo de Cariberto II. Esta naciente nobleza aquitana resiste los ataques de las tropas de Dagoberto; por lo que este último reconoce su derecho al trono a condición del título de duque y como vasallo, situación que Boggis acepta. Boggis fallecería en el año 670 d.C. siendo su sucesor: Félix de Aquitania, a quien algunos historiadores reconocen como el primer gobernante del Condado de Aquitania y quien fallecería en 675 d.C., sucedido por el conde Lupus I que gobernó hasta el 676 d.C. y tras éste el duque Odón «El Grande» en 679 d.C. quien mantendría al condado de Aquitania independiente y desempeñaría un papel importante en la futura «Batalla de Poitiers» del año 732 d.C.

El declive de los Merovingios. Los mayordomos del Palacio y Pipino de Heristal.

Dagoberto I estableció una alianza con los lombardos y acuerdos con los sajones para proteger sus fronteras de las tribus de los eslavos. Mantuvo relaciones diplomáticas con el emperador bizantino Heraclio. Desarrolló además campañas militares contra los gascones y los bretones. Mantuvo cuatro esposas oficiales conocidas como: Gomatruda, Nantilde, Wulfegunda y Bertilde; además de numerosas concubinas. Para el 625 d.C. tomó nupcias con Gomatruda, hermana de Sichilda, esposa de su difunto padre Clotario II y con Nantilde con quien engendraría a: Clodoveo II. Con una concubina llamada Ragnetruda engendraría a: Sigeberto III. Hacia el 632 d.C. los nobles dirigidos por Pipino de Landen se rebelan contra Dagoberto quien logra frenarlos por la fuerza y deponiendo al mayordomo Pipino. Dagoberto fallece en el 638 d.C. Es considerado por algunos historiadores como el último rey Merovingio que dirigió personalmente el reino, el cuál fue repartido a su muerte a: Clodoveo II como rey de Neustria y Borgoña; y a Sigeberto III como rey de Austrasia.

Sigeberto III en Austrasia es apoyado por su mayordomo Grimoaldo “El Viejo” desde el 643 d.C., quien es hijo de Pipino de Landen. Grimoaldo ejerce una notable influencia sobre Sigeberto III que no tiene descendientes en su momento, al grado que sugiere al rey adoptar a su hijo Childerico como heredero. Sigeberto acepta y Childerico, apodado “El Usurpador” o “El Adoptado”, se convierte en el futuro heredero de Austrasia; sin embargo, Sigeberto III engendra en el 652 d.C. un hijo con la princesa Imiquilda llamado: Dagoberto II a quien denomina ahora como heredero de Austrasia. Sigeberto III muere en 656 d.C. y Grimoaldo, viendo frustradas las pretenciones del trono de su hijo Childerico, secuestra a Dagoberto II siendo un niño y lo recluye a un monasterio irlandés y proclamó a su hijo Childerico “El usurpador” como nuevo rey de Austrasia; hecho que revela en definitiva el poder de los mayordomos reales.

Clodoveo II, medio hermano de Segiberto III, fue menor de edad durante casi la totalidad de su reinado en Neustria y Borgoña, por lo que estuvo bajo la regencia de los nobles locales, en especial del mayordomo Erquinoaldo. Tomó nupcias con Batilda de Chelles (Santa Batilda) engendrando a sus hijos: Clotario III, Childerico II y Teodorico III. Clodoveo II muere en 657 d.C. y le sucede su hijo primogénito Clotario III como nuevo rey de Neustria y Borgoña quien estuvo bajo la tutela de su madre Batilda y el mayordomo Ebroín, siendo éste último quien ejercía en realidad el poder en el reino en sustitución del antiguo mayordomo Erquinoaldo.

A la muerte del rey Sigeberto III, Ebroín ataca al Childerico “El Usurpador” logrando su detención junto a su padre Grimoaldo y ambos son ejecutados por traición en el año 661 d.C. Ebroín y la nobleza franca colocan en el trono de Austrasia a Childerico II, hermano de Clotario III, a partir del 662 d.C. Cuando Clotario III alcanzó la mayoría de edad en el 664 d.C. Ebroín recluyó en un monasterio a su madre Batilda. Clotario III murió en el año 673 d.C. sin descendencia; por lo que los nobles eligen como su sucesor a su hermano Teodorico III como rey de Neustria y Borgoña apoyado por Ebroín. Sin embargo, según las crónicas, Clotario III tuvo un hijo ilegítimo llamado: Clodoveo III. A su vez, Childerico II, rey de Austrasia en ese tiempo, con apoyo de la nobleza de su reino expulsa a su hermano Teodorico III del reino conjunto de Neustria y Borgoña ese mismo año de 673 d.C. y lo recluye en un monasterio al igual que a Ebroin. Este hecho tuvo su causa en que los nobles de Austrasia temían la influencia de Ebroín sobre Teodorico para atacar a todo aquel que se interpusiera en su camino. Sin embargo, Childerico II es asesinado posteriormente en el bosque de Lognes, cerca de París, por la misma nobleza de Austrasia debido a su autoritarismo excesivo; hecho que ocasionó un período de anarquía en todo el reino. Teodorico III aprovecha esta situación, escapa del monasterio y retoma el reino de Neustria y Borgoña al igual que el mayordomo Ebroín.

Al mismo tiempo, los nobles francos en Austrasia no desean someterse al control de Neustria bajo el rey merovingio Teodorico III; ocasionando que coloquen como rey a Clodoveo III, el hijo ilegítimo de Clotario III de Neustria en el año 675 d.C. No obstante, este Clodoveo III fallece un año después en 676 d.C. Dagoberto II, heredero de su padre Segiberto III, rey difunto de Austrasia, retorna de su exilio en Irlanda como pretendiente al trono de Austrasia y acude a tomar la corona, retoma el poder de Austrasia en 677 d.C. a condición de dedicarse a obras de caridad y piedad dejando el control del reino a los nobles; pero muere asesinado por los aristócratas francos del reino en 679 d.C. durante una cacería. En este momento el mayordomo: Pipino de Heristal toma el control de toda la nobleza de Austrasia.

Pipino de Heristal era hijo de Pipino “El viejo”, siendo un poderoso terrateniente apoyado por la nobleza con un gran número de adeptos aristócratas. Tras el asesinato de Dagoberto II, se erigió como líder de la nobleza austrasiana en contra de las pretensiones hegemónicas del mayordomo Ebroín de Neustria. Ebroín apoyó al rey merovingio Teodorico III sobre sus pretensiones al trono de Austrasia con la nobleza de Neustria que no quería reconocer la independencia de Austrasia y el deseo de la nobleza sobre el control del reino. Ebroín derrotó en batalla a Pipino de Heristal y a la nobleza franca local que se oponía al hecho. Sin embargo, Ebroín fue asesinado en 681 d.C. y su sucesor, Warathon, firmó un tratado de paz con Pipino de Heristal. Pero Warathon fallece en 686 d.C. y sus sucesores reanudan las hostilidades con Austrasia, dejando en evidencia que en estas guerras de los reinos francos, eran los mayordomos con la nobleza quienes regían el destino de los reinos merovingios.

Pipino de Heristal ataca posteriormente el reino de Neustria desarrollándose la Batalla de Tertry en el 687 d.C. donde el ejército de Pipino derrota a las fuerzas de Neustria, capturando al rey Teodorico III. Pipino decide ulteriormente aceptar a Teodorico III, como monarca de Neustria y Borgoña, así como rey de Austrasia; pero solo de forma “nominal”, erigiéndose a sí mismo como Mayordomo real de todo el reino Franco, es decir: de Austrasia, Neustria y Borgoña, logrando la unificación de los reinos y acumulando el poder total. Durante su gobierno Pipino fortaleció el dominio franco sobre los reinos de los: alamanes, frisones y franconios, además de impulsar una evangelización cristiana en Germania, siendo el verdadero gobernante de un reino unificado.

Los sucesores de Teodorico III: Clodoveo IV, Childeberto III, y Dagoberto III, solo serían reyes marioneta de Pipino; quien ya poseía todo el control del reino y nombraba los reyes a su disposición. La dinastía de los Merovingios mantuvo el poder durante casi 300 años hasta su declive. Los reyes merovingios durante mucho tiempo fueron condescendientes con la consecuente aristocracia franca conformada por sus ministros y sus mejores guerreros, quienes juraban fidelidad al rey a cambio de beneficios como: tierras o riquezas. La capacidad militar y de liderazgo de estos mayordomos fue acrecentándose, lo que chocaría con las pretensiones de los reyes; ya que con el paso del tiempo, debido a su capacidad organizativa y militar, adquirieron mayor poder gracias al liderazgo del ejército y el prestigio de sus victorias como generales de la milicia. El poder de los mayordomos se incrementó continuamente superando la capacidad de mandato de los monarcas merovingios opacando su labor de dirigentes.

Después de Dagoberto I, a los subsecuentes reyes merovingios se les adjudicó erróneamente el apelativo de: “reyes holgazanes”, debido a que se pensaba que mientras se dedicaban a una vida fastuosa en la corte real relegaban la defensa y la organización administrativa de sus reinos a sus mayordomos; sin embargo, en la realidad los mayordomos fueron los que adquirieron mayor poder e influencia terminando por dominar por la fuerza o coerción a los reyes merovingios relegándolos a reyes “nominales”, donde las decisiones importantes eran tomadas por los mayordomos y la nobleza. La supremacía de los mayordomos tuvo un auge hacia mediados del siglo VII d.C. destacando entre la nobleza del reino de Austrasia la familia Pipínida o de los Pipinos con la figura de: Pipino de Heristal o Pipino El Joven.

Carlos Martel.

Pipino de Heristal estuvo casado con la noble Plectruda, quien le dio dos hijos: Drogo en 690 d.C., y Grimoaldo en 695 d.C.; al mismo tiempo Pipino tenía un hijo ilegítimo: Carlos Martel. Drogo y Grimoaldo fallecieron antes que su padre en 708 y 714 respectivamente. Pipino deja como sucesor a su nieto Teobaldo, hijo de Grimoaldo, como “mayordomo mayor”. Pipino de Heristal muere en diciembre del año 714 d.C. Su esposa Plectruda actúa entonces como regente del nieto Teobaldo.

Una parte de la nobleza franca no acepta esta regencia y apoyan a Carlos Martel a tomar el control del reino por lo que estallan las revueltas e iniciando una guerra civil en todo el reino. Carlos Martel dirige las tropas de Austrasia contra las de Neustria que apoya a Plectruda y Teobaldo. Carlos Martel los enfrenta con su ejército en las Batallas de: Ambléve en 716 d.C. y en Vichy 717 d.C. donde sale victorioso. Plectruda acepta su derrota y deja el control del reino a Carlos Martel. Posteriormente Carlos establece el control de Sajonia y se establece como mayordomo de Austrasia.

Sin embargo, Ragenfrido, mayordomo de Neustria desde la muerte de Pipino de Heristal en 715 d.C. retoma el control del territorio y para 716 d.C. decide aliarse con el rey nominal de Neustria: Chilperico II. Este último era el más pequeño de los hijos del rey Childerico II, quien había sido asesinado por los nobles en los bosques de Lognes cerca de París por ser despótico. Chilperico II estaba recluido en un monasterio sobreviviente del ataque a su padre y su familia. Como un merovingio descendiente de la dinastía Merovingia Chilperico fue liberado por Ragenfrido como objetivo de ser un rey manipulable.

Al mismo tiempo el ducado de Aquitania estaba regido por el duque Eudes, también llamado “Odón el Grande”, quien había luchado contra los visigodos en el sur y para el año 715 d.C. declara el ducado de Aquitania como “independiente”.El mayordomo Ragenfrido, el rey merovingio Chilperico II y Odón se alían contra Carlos Martel hacia el año 715 d.C. Inicialmente atacan varias regiones de Austrasia consiguiendo varias victorias; pero hacia el año 718 d.C. se desarrolla la batalla de Soissons donde el ejército de Carlos Martel se enfrenta a las fuerzas combinadas de Ragenfrido, Chilperico II y Odón. Carlos Martel termina derrotándolos de forma aplastante.

Odón y Ragenfrido hicieron la paz con Carlos Martel entregándole al rey merovingio Chilperico II. Este último fue declarado rey de todos los francos en 719 d.C. con la condición que Carlos Martel fuese proclamado “mayordomo real”, teniendo de hecho el control de todo el reino franco sobre: Austrasia, Neustria y Borgoña, con el apoyo definitivo de toda la aristocracia guerrera. Por una parte, este control de Carlos Martel se debió al apoyo de los nobles a cambio de beneficios territoriales (tierras de cultivo, recompensas, cargos estatales, señoríos, etc.); por otro, Carlos Martel expropió tierras de la Iglesia para entregarlas a los nobles. En cuanto a un nivel técnico, Carlos Martel introdujo el estribo en la caballería lo que permitió a esta tener una mayor eficacia en combate. Chilperico II fallece en 721 d.C. sin herederos. Carlos Martel decide colocar a un nuevo rey Merovingio y escoge la figura de Teodorico IV recluido en un monasterio. Este Teodorico IV era hijo de Dagoberto III. Fallecería en 737 d.C. 

La Batalla de Poitiers.

Entre los años 711 y 715 d.C. el califato Omeya se había extendido por la península ibérica tras la Batalla de Guadalete del 711 d.C. donde las fuerzas musulmanas derrotaron al ejército del rey visigodo Rodrigo, terminando la conquista hacia el año 720 y nombrando al territorio peninsular conquistado como Al-Ándalus. Tras la conquista del reino visigodo peninsular, deciden avanzar hacia el norte continental cruzando los Pirineos en el año 721 d.C. e invadir el condado de Aquitania. Al mismo tiempo los musulmanes desarrollaban ataques sobre diferentes regiones y pueblos cristianos en búsqueda de botín, esclavos o el sometimiento de sus habitantes. El ejército musulmán a cargo del valí (gobernador) Malik Al-Jawlani puso asedio a la ciudad de Tolosa; pero Odón de Aquitania decide salvar la ciudad con sus huestes desarrollándose la Batalla de Tolosa en el año 721 d.C. donde el ejército franco derrota a las fuerzas musulmanas, logrando detener momentáneamente el avance islámico.

En el año 725 d.C. los musulmanes de Al-Ándalus atacan y capturan la región de Septimania (sur de Francia) a manos de los visigodos, toman la ciudad de Carcassona y atacan la ciudad de Autun en Borgoña. Para el año 732 d.C. el gobernador en curso, Al Gafiqui de Al Ándalus, invade Francia y pone dirección de su campaña hacia la ciudad de Tours en busca de riquezas. Estos acontecimientos causaron alarma en los principales centros de la realeza de Europa ante el imparable avance musulmán. Tras esta nueva invasión, Odón decide pedir ayuda a Carlos Martel para frenar el avance islámico.

Carlos Martel, presintiendo el peligro sobre toda la región de los Francos, decide enfrentarse a las fuerzas de Al Gafiqui para detener el contingente musulmán y defender su reino, originando una batalla por la defensa de los territorios europeos en un punto entre Tours y Poitiers el 10 de octubre de 732 d.C. batalla que sería conocida como: «La Batalla de Poitiers».

Los ejércitos musulmanes atacaron continuamente las regiones de los pirineos de Aquitania. Odón, al no lograr frenar los ataques, se alió en 730 d.C. con el emir Munuza, líder en aquel tiempo de la actual región de Cataluña. Sellando la alianza, Odón dio a su hija Lampade en matrimonio a Munuza quien suspendió los ataques. Sin embargo, el año siguiente 731 d.C., Munuza se sublevó contra el valí de Al-Ándalus: Al-Gafiqi. Este último dirigió sus ejércitos a la región acabando rápidamente con la revuelta; no obstante, decidió atacar a Odón en Aquitania considerándolo también un traidor. Para el año 732 d.C. el gobernador en curso, Al Gafiqui, invade Francia y pone dirección de su campaña hacia la ciudad de Tours en busca de riquezas. Estos acontecimientos causaron alarma en los principales centros de Europa ante el imparable avance musulmán. El duque Odón reunió su ejército en Burdeos, decidido a enfrentarse ante las fuerzas de Al-Gafiqui; pero el valí derrotó a Odón en la batalla del Garona del año 732 d.C. provocando una considerable matanza de soldados cristianos. El mismo Odón huyó del campo de batalla. Posteriormente Al-Gafiqui saqueó Burdeos y el resto de la región de Aquitania incluyendo numerosos pueblos y monasterios.

Odón, desesperado, pidió ayuda al resto de reinos francos. Carlos Martel decidió darle la ayuda a condición que Odón aceptara someterse a su autoridad. El duque Odón aceptó. La derrota de Odón en Garona hizo que muchos soldados de Aquitania pasaran a formar parte de las filas de Carlos Martel. Carlos Martel, con su ejército, aproximadamente entre 10,000 y 15,000 efectivos según las crónicas, partió de Austrasia hacia un punto cercano de la ciudad de Poitiers encontrándose con el ejército musulmán dirigido por Al-Gafiqui y Abderramán. La mayor parte de los efectivos de Carlos Martel era infantería con escaza caballería; mientras que el ejército musulmán eran en su mayoría caballería.

Ambos ejércitos formaron filas uno frente al otro vigilándose durante 6 días. Al séptimo día Al-Gafiqui ordenó el ataque con cargas de caballería. Era el 10 de octubre de 732 d.C. desarrollándose la Batalla de Poitiers. El ejército de Carlos Martel ordenó cerrar filas con un muro de escudos, con lanzas, espadas y hachas en ristre para resistir el ataque. Al mismo tiempo ordenó a su caballería ocultarse en los bosques cercanos dirigidos por el duque Odón. La caballería musulmana golpeó las filas de los francos en varias ocasiones, pero éstos resistieron sin romper filas las cargas de caballería y causando a su vez daños considerables a la caballería sarracena.

Durante la batalla se extendió un rumor que la caballería de los francos atacaba el campamento sarraceno a espaldas del ejército musulmán, lo que hizo que el ejército islámico rompiera filas desordenadamente mientras que otros huyeron creyendo que se trataba de una retirada absoluta. Al Gafiqui intentó frenar la retirada, sin embargo, el ejército de Carlos Martel atacó al contingente de Al-Gafiqui marchando hacia el frente en filas cerradas, al mismo tiempo el duque Odón emergía del bosque cercano con toda su caballería para envolver al ejército musulmán entre dos frentes de ataque, provocando numerosas bajas entre las filas islámicas que habían perdido todo orden de batalla sin posibilidad de reagruparse.

Al-Gafiqui moriría en la lucha. Según las fuentes cristianas la batalla duró todo un día. Por lo noche, Carlos Martel detuvo el ataque evitando aventurarse al campamento enemigo temiendo una emboscada. Pero los efectivos musulmanes sobrevivientes huyeron del campo de batalla dejando el botín en el campamento. Al siguiente día, Carlos Martel ordenó un reconocimiento por medio de un destacamento que determinó que el campamento musulmán había sido abandonado durante la noche. Debido a la táctica empleada por Carlos, se ganó su sobrenombre de “Martel” o Martillo posteriormente.

La Batalla de Poitiers ha sido catalogada como una de las Batallas decisivas para el Mundo Occidental al frenar la invasión árabe sobre Francia y el resto de Europa. No obstante, en años recientes, la batalla ha sido desestimada o infravalorada por algunos historiadores, catalogándola erróneamente como una victoria importante, pero “no decisiva” de los cristianos frente al poder islámico; ya que pese a la victoria de Carlos Martel, los ataques musulmanes prosiguieron sobre el sur de Francia. Sin embargo, la batalla de Poitiers resultó decisiva para el baluarte Occidental; ya que por un lado abrió a el camino para la consolidación del poder de Carlos Martel y el de su hijo Pepino el Breve, quien a su vez lo heredaría a Carlomagno y la consecuente formación del Imperio Carolingio; por otro lado, la Batalla de Poitiers demostraría la capacidad bélica y estratégica de los cristianos frente al creciente poder del Islam, siendo el inicio de las primeras incursiones de los reinos cristianos sobre los dominios musulmanes para su eventual recuperación.

Posteriormente los reinos cristianos realizaron ataques hacia los asentamientos musulmanes en suelo francés en los años 736 d.C. y 737 d.C. para eliminar las bases islámicas instaladas. Tras la batalla de Poitiers los ataques musulmanes prosiguieron. Carlos Martel organizó sus fuerzas para hacerles frente reuniendo un gran ejército de francos y borgoñones, logrando conquistar Aviñon y poniendo sitio a la ciudad de Narbona. El valí de Al-Andalus envió refuerzos a la ciudad temeroso de perderla ante los ejércitos francos. El contingente musulmán fue enviado en navíos a Septimania y desembarcó a diez kilómetros de Narbona para emprender la marcha por tierra donde fue interceptado por Carlos Martel y su ejército desarrollándose la “Batalla del rio Berre” del año 737 d.C. El ejército musulmán formó filas; pero Carlos Martel logró romper sus líneas y dispersar al contingente enviado por Al-Andalus.

Posteriormente Carlos Martel devastó las fuerzas de la mayoría de las ciudades musulmanas de la región. No obstante, en 737 d.C. Carlos Martel falló en tomar la ciudad de Narbona defendida por una alianza de cristianos visigodos en su mayoría y un contingente musulmán.

Los enclaves musulmanes proseguirían en el sur de Francia hasta que Pipino III “El breve”, hijo de Carlos Martel, extendiera sus dominios sobre el sur de Francia en 759 d.C. haciéndolos retroceder a Hispania y luego Carlomagno, nieto de Carlos Martel, estableciera la Marca Hispánica del reino Carolingio. Después de la Batalla de Poitiers, Carlos Martel resolvió crear una sólida estructura militar. Decidió crear un nuevo sistema de caballería armada que pudiera moverse con rapidez para contrarrestar al enemigo, reemplazando la ventaja numérica por una rápida movilidad hacia el terreno de batalla; aunque sin eliminar la infantería.

Sin embargo, a los hombres libres no se les podía exigir la adquisición de un caballo de guerra, la compra de los costosos equipos de caballería y el costoso mantenimiento de un corcel que comprendía: forraje, alojamiento y cuidados, especialmente si éstos enfermaban. Para crear esta nueva clase de guerreros o “caballeros” con los recursos necesarios, Carlos Martel realizó una reforma militar repartiendo tierras a los más fieles vasallos. Estas tierras fueron embargadas en un buen número de propiedades de la Iglesia. Cada hombre de armas fue recompensado con una parcela de tierra y a cambio estaba obligado a obtener y criar un caballo de guerra, equiparse y a proporcionar servicio militar como jinete de guerra en todos los llamados del rey o el señor feudal de turno. Esta situación estaba acompañada de un juramento de fidelidad que reforzaba tal obligación.

Con esta reforma el vasallo era ahora un soldado y jinete de guerra, cuya garantía de existencia estaba asegurada por la posesión de una parcela de tierra. Esta reforma se extendió muy rápidamente por todo el reino franco. Muchos nobles con inmensas propiedades llegaron a constituir una tropa de jinetes y con el tiempo la formación de una caballería permanente, otorgando a la nobleza terrateniente un poder militar junto con poder político que reforzaría: El Feudalismo Medieval.

Carlomán. Pipino III «El Breve» y el último rey Merovingio.

Carlos Martel tomó matrimonio con su primera esposa: Rotrudis de Tréveris en 706 d.C. engendrando dos hijos: Carlomán y Pipino III “El Breve”. Carlos Martel fallece en el año 741 d.C. por lo que Carlomán procede como heredero sobre las regiones de: Austrasia, Alemania y Turingia. Pipino dominó como herencia: Neustria, Borgoña y Provenza. Ambos hermanos apoyaron la obra eclesiástica y evangelizadora de San Bonifacio quien predicaba a los paganos; pero a su vez ambos hermanos lucharon contra los sajones y alamanes. Así mismo ambos hermanos elegirían como monarca al último rey Merovingio Childerico III como gobernante nominal de los francos.

Previamente Carlos Martel había dejado vacante el trono del reino franco tras la muerte del rey merovingio Teodorico IV en 737 d.C. con el objetivo de demostrar la inutilidad de los reyes merovingios. Pero en el año 743 d.C. Pipino libera a Childerico III del monasterio en el que lo había encerrado su padre Carlos Martel, permitiéndole ocupar el trono de forma nominal. Un año después, en 744 d.C. toma por esposa a Bertrada de Laon, quien había sido su concubina desde el 741 d.C. procreando entre ambos a dos hijos: Carlomagno, nacido en el 742 d.C. que en el futuro se convertiría en el gobernante absoluto del Imperio carolingio; y Carlomán I, nacido en el 751 d.C. Hacia el año 747 d.C. Carlomán, hijo de Carlos Martel, se retira a la vida monástica, dejando el mando completo del reino franco a su hermano Pipino El Breve.

En 750 d.C., Pipino envía una delegación franca a cargo de Fulrado, Abad de San Denis, y Burchardo, obispo de Wurzburgo, hacia Roma a entrevistarse con el papa de turno: Zacarías, con la solicitud de una autorización para poner fin al decadente reino merovingio y que la casa Pipínida ocupara el trono Merovingio de Childerico III. Zacarías fue el último pontífice romano del “papado bizantino”, un período en el cual el papado de Roma estaba bajo la dominación del Imperio Bizantino y los papas requerían la aprobación del emperador de Bizancio en Constantinopla para la consagración episcopal, es decir, conceder la autorización para ejercer funciones religiosas. El papa Zacarías acepta la propuesta de Pipino El Breve declarando: «debe ser rey el que ejerce la realidad del poder».

En noviembre del 751 d.C., Pipino depone a Childerico III y se hace coronar como el nuevo gobernante del reino franco por San Bonifacio en una asamblea de obispos y los nobles de todo el reino en Soissons. Childerico III, el último rey Merovingio, es depuesto, es tonsurado perdiendo sus largos cabellos, signo de poder entre los francos, y luego es encerrado en el monasterio de San Bertin, cerca de Saint-Omer; siendo el final del último rey de la dinastía de los Merovingios. La ruptura de la dinastía merovingia precisaba de una nueva que debía reemplazar la sucesión natural de padres a hijos. Esta continuidad quedaba asegurada por la consagración real, una ceremonia religiosa que otorgaba al soberano un “carácter sagrado”, seguida de la unción con aceite sagrado. Es en Soissons, donde El obispo San Bonifacio, ungió a Pipino marcando su frente con el aceite santo ó el Saint-Chrême (Santo Crisma). Por medio de esta unción, el rey de los francos, era investido de una misión: militar y religiosa con «derecho divino», es decir: dirigir los pueblos que Dios le confía. Sin embargo, esta legitimidad tenía una condición obligatoria que consistía en: la fidelidad a la Iglesia y a quien la dirige, lo que significa: seguir al Papado de Roma. Esta la legitimidad del rey de los francos con «derecho divino» no dependerá ahora exclusivamente de los nobles francos como electores del rey, sino también del papado; hecho que tendrá repercusiones tormentosas en el futuro entre los reyes, los nobles y la Iglesia por la legitimidad del trono.

El papa Zacarías fallece en 752 d.C. Su sucesor resultó ser el Papa Estaban II, quien solo duró en la silla pontificia de Roma tres días debido a una repentina muerte por Apoplejía; situación que hizo ilegítimo su pontificado. El sucesor de éste tomó también por lo tanto el nombre de Esteban II. Esteban II corona y unge nuevamente a Pipino III El Breve como Rey de los Francos el 28 de julio del año 754 d.C. en la abadía de San Denis, Francia, con el título para él y sus sucesores de: «patricios de los Romanos». Esta acción rompe en definitiva con la influencia de Bizancio, y la Santa Sede se somete a la seguridad del reino Franco.

El problema Lombardo. Pipino III y los Estados Pontificios.

El reino Lombardo fue un estado Medieval ubicado en el norte de la península itálica, fundado hacia el año 568 d.C. por los lombardos, pueblo de origen germánico que se asentó inicialmente en el valle del Danubio y desde aquí cruzarían los Alpes para invadir la península italiana bajo el liderazgo de su rey Albonio estableciendo un reino firme. La región peninsular en este tiempo estaba bajo dominio del Imperio Bizantino, el cuál no pudo frenar el avance de los lombardos, debido a que Bizancio había quedado debilitado tras las Guerras Góticas acaecidas entre los años 535 d.C. y 554 d.C. entre el Imperio Bizantino del emperador Justiniano I contra los germanos Ostrogodos asentados en Italia, guerras acontecidas por el deseo de Bizancio de recuperar las antiguas tierras del Imperio Romano de Occidente perdidas por las invasiones de los pueblos bárbaros germánicos.

En las guerras góticas el Imperio Bizantino logró derrotar a los godos; pero dejando a su vez la península empobrecida con una escasez de recursos e imposibilitando su defensa, lo que permitió que la invasión de los lombardos tomara los territorios del norte peninsular y parte de la Italia Meridional. Bizancio conservaría algunas posesiones dentro de la península, que serían en conjunto conocidas como: el “Exarcado de Rávena”, es decir: una serie de territorios en la península itálica bajo la autoridad de la ciudad de Rávena que quedarían bajo el dominio de Constantinopla, los cuáles vendrían a reducirse con el paso del tiempo debido a la presión del reino Lombardo. Dentro del Exarcado de Rávena se establecieron varios ducados, entre estos: el Ducado de Roma, que alojaba la Sede Pontificia de San Pedro dirigido por el papa de la Iglesia Apostólica y Católica Romana, quien a su vez reconocía al emperador Bizantino como su soberano. Sin embargo, el exarcado de Rávena llegaría a su fin en el año 751 d.C. cuando el rey lombardo Astolfo se apoderó de la ciudad de Rávena por medio de una campaña de guerra. Astolfo reclamó el ducado de Roma como parte de su dominio.

El papa en turno, Esteban II, pidió al rey lombardo Astolfo una tregua de cuarenta años. Astolfo aceptó inicialmente; pero en el año 752 d.C. rompió el acuerdo y reclamó el ducado de Roma bajo su dominio exigiendo el pago de impuestos y marchó con su ejército hacia Roma. Todo el ducado de Roma se llenó de pánico; por lo que le papa pidió auxilio a Pipino III El Breve para frenar las ambiciones expansionistas de los lombardos. Pipino El Breve acepta el llamado del Papa Esteban II. En primera instancia envía una delegación hacia el año 754 d.C. al rey lombardo Astolfo para calmar a los lombardos la cual no surte efecto. Pipino se ve obligado a utilizar la fuerza y en el año 755 d.C. dirige personalmente una expedición contra los lombardos, donde el ejército franco dirigido por Pipino consigue una victoria sobre las fuerzas lombardas, obligando al rey Astolfo a una sumisión al reino franco reconociendo el señorío de Pipino III y ceder el exarcado al Papa Esteban II.

Pero pasado el tiempo Astolfo no cumplió el acuerdo y nuevamente atacó a Roma. El Papa pidió ayuda por segunda vez a los francos. Pipino III dirigió nuevamente sus fuerzas militares contra Astalfo en el año 756 d.C. sitiando la ciudad de Pavía y logrando del rey lombardo una rendición verdadera. El mismo Pipino otorgó las tierras del antiguo exarcado a la Iglesia de Roma naciendo de esta forma: “Los Estados Pontificios”, siendo territorios dominados exclusivamente por la Iglesia de Roma. Estos estados papales durarían varios siglos. El papa Estaban II bendijo a Pipino y a los francos y los romanos estaban ahora bajo la protección de los “bárbaros del norte”; por lo que Roma ya no pertenecía al Imperio Bizantino y su política estaría más afiliada al Occidente de Europa.

Astalfo muere ese mismo año de 756 d.C. y le sucede el rey lombardo Desiderio. Este atacó a los nuevos estados pontificios; por lo que Pipino realizó otras campañas más contra los lombardos siendo conocidas como: la tercera campaña contra los lombardos en 757 d.C. y la cuarta campaña contra los lombardos en 758 d.C. en la que los francos logran finalmente expulsar a los lombardos hasta las cercanías de Rávena. Durante este tiempo Pipino El Breve realizó otras campañas de guerra. Dirigió sus fuerzas militares sobre la región de Septimania o Galia gótica entre 752 d.C. y 759 d.C., para expulsar las colonias musulmanas que su padre Carlos Martel no pudo desalojar.

Pipino El Breve dirigió también esfuerzos sobre el ducado de Aquitania el cuál se había vuelto independiente. A partir del 760 d.C. Pipino organizó una serie de expediciones para conquistar el territorio. Odón el Grande, duque de Aquitania y quien había ayudado a Carlos Martel en la batalla de Poitiers, abdicó a su título en el año 735 d.C. sucediéndole su hijo Hulnaldo I ese mismo año como nuevo duque. Odón se retira a un monasterio y fallece en el año 740 d.C. Hunaldo hereda un ducado que, si bien ejercía vasallaje a los Pipinidas, en la práctica era un ducado independiente, estando bajo el dominio de Carlos Martel. Hacia el 745 d.C. se retira a un monasterio y deja el condado a su hijo: Waifar, nieto de Odón el Grande. En el año 759 d.C. las fuerzas de Waifar atacan al ejército de Pipino cuando acampaba en el asedio de Narbona sin obtener éxitos; ya que el ejército franco repelió el ataque de los aquitanos. Las causas de este ataque se desconocen; pero se conjetura que Aquitania buscara posiblemente una alianza con Septimania y otras regiones del sur para hacer frente al reino franco y mantener su independencia.

El asedio a la ciudad de Narbona fue prolongado. Pipino El breve al final negoció con los godos al interior de la ciudad, quienes defendían Narbona conviviendo y cooperando con los musulmanes, prometiéndoles conservar sus costumbres si entregaban la urbe; éstos aceptaron la rendición de la ciudad abriendo la puerta a los francos. Tras la conquista de Narbona Pipino III inicia una campaña de guerras contra Aquitania a partir de ese mismo año de 759 d.C. arrasando y destruyendo con su ejército numerosas ciudades y campiñas del condado. Waifar unió fuerzas con gascones para frenar el avance de Pipino sin resultados; ya que sus contingentes fueron derrotados por el ejército de Pipino y muchos nobles de la región se sometieron a su autoridad. Hacia el 768 d.C. Waifar sería asesinado por sus soldados. Pipino obtendría el control de Aquitania para su reino. De esta forma Pipino III al conquistar el gobierno islámico de Septimania y someter a Aquitania recobraba las regiones que antaño habían pertenecido al reino franco, dejándolas a cargo de nobles locales.

Ese mismo año del 768 d.C. fallecería Pipino III El Breve, siendo enterrado en la iglesia de San Denis, una abadía que había sido símbolo de los Merovingios y que ahora servía como emblema de la dinastía de los Carolingios. Su reinado es considerado por muchos historiadores como el de un gobernante inteligente y enérgico, siendo un hábil estratega político y militar y siguiendo la obra de su padre Carlos Martel. Pipino III fundó oficialmente la dinastía Carolingia, estableció una alianza estratégica con el papado, creó los Estados Pontificios y consolidó el poder del reino franco derrotando a los lombardos, recuperando Septimania y sometiendo a los aquitanos, además de reforzar el papel de los francos como defensores de la cristiandad.

Carlos Martel, padre de Pipino III, sentó las bases de la dinastía Carolingia, detuvo la expansión islámica en Europa y estableció el poder de los francos sentando las bases del Feudalismo al entregar tierras a cambio del servicio militar, especialmente en el ámbito de la caballería. Los hijos de Pipino III El Breve: Carlomagno y Carlomán, pronto se repartirían el reino para ser coronados por la nobleza y ungidos por los obispos en sus respectivos territorios heredados.

Ambos hermanos no congeniaban entres sí; según los historiadores, esto se debía por causa que cada uno se consideraba como el único heredero de su padre Pipino III. En esta enemistad entre ambos hermanos sobrevendrían nuevos vientos de guerra que alterarían la paz del reino franco, siendo Carlomagno quien fundaría un imperio en Europa, gracias a las conquistas de su abuelo Carlos Martel y de su padre Pipino III El Breve, que sería conocido y recordado como: El Imperio Carolingio.

Armas de los Francos.

Comúnmente el ejército de los francos durante el Imperio Carolingio estaba conformado por la infantería, arqueros y la caballería pesada. El equipo de estos últimos consistía en la lanza, el escudo, la espada, el casco, la loriga, el caballo. Las lanzas de la caballería eran largas y pesadas y eran utilizadas para las acometidas en conjunto de la caballería sobre el ejército enemigo. No eran utilizadas para ser arrojadas. Los escudos estaban fabricados de madera y tenían una conformación redondeada, con bordes de metal y podían medir hasta los 80 cms de circunferencia.

La espada era muy importante la cual podía medir entre 90 cms y 100 cms, y era de doble filo. Debido a su alto precio era un arma exclusiva de los nobles y caballeros. Esto incluía el caballo ya que solo los miembros de la nobleza o los hombres libres adinerados podían costearse uno. Lo mismo ocurría con la loriga, llamada brunia, la cual consistía en una pieza de cuero cubierta de escamas metálicas con la que los combatientes cubrían su torso o el cuerpo según su tamaño y podía tener un valor similar o mayor que la espada.

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